La vigilancia de los desplazamientos por carretera a las segundas residencias se ha extremado este fin de semana y el viernes en Balears. Un total de 8.000 personas fueron identificadas en el interior de 7.000 vehículos. Guardia Civil y Policía Nacional, con apoyos de distintas policiales locales, establecieron 400 controles en determinados puntos estratégicos de las islas para comprobar que estos movimientos no vulnerasen las medidas en la alerta sanitaria por COVID-19.

El objetivo de este operativo especial era velar por el cumplimiento del Real Decreto 463/2020 por el que se decretó el estado de alarma. Los agentes desplegados comprobaron que estos desplazamientos estuvieran plenamente justificados e impedir el traslado a las segundas residencias, algo prohibido durante estos días de confinamiento forzoso.

Así, la Guardia Civil puso en marcha más de 300 controles en Balears el viernes y ayer sábado. Mientras que la Policía Nacional, con el apoyo de policías locales, tomó parte en un centenar de dispositivos. Los agentes se desplegaron en Palma, donde se hicieron 60 puntos de vigilancia, Manacor.

La vigilancia de las carreteras se intensificó el viernes, donde se prestó atención al inicio de posibles escapadas de fin de semana a las segundas residencias. Salvo casos muy excepcionales, estos desplazamientos no están permitidos.

Asimismo, la Guardia Civil durante la jornada de ayer tres macrocontroles en la autopista de Andratx, en la de Inca y en la de Llucmajor. A excepción de casos puntuales, la mayoría de los conductores se mostró comprometida con las medidas adoptadas para contener el coronavirus.

Por otra parte, la Policía Nacional y la Policía Local de Palma detuvieron entre el viernes y la madrugada de ayer a seis personas en la capital balear. Todas ellas fueron arrestadas por un presunto delito de desobediencia, al incumplir lo establecido en el Real Decreto 462/2020, que estableció el estado de alarma debido a la crisis sanitaria del coronavirus.

Escondidos en una caseta

Así, la Policía Local arrestó en el centro de Palma a un hombre de 74 años, que se encontraba sentado en un banco bebiendo alcohol en una plaza de la capital balear. Los agentes comprobaron que había sido denunciado en otras cuatro ocasiones. Al hacer caso omiso, de forma reiterada, a los requerimientos para que fuera a su domicilio, fue detenido por un presunto delito de desobediencia grave.

La Policía Nacional, por su parte, detuvo el viernes a tres jóvenes de 20 y 21 años que echaron a correr tras ser sorprendidos en una plaza de Palma. Al cabo de un rato, fueron descubiertos en el tejado de una caseta donde se habían escondido. Fueron detenidos por desobediencia.

Asimismo, la Policía Nacional detuvo a dos hombres que se dieron a la fuga de sus respectivos coches. Un joven de 24 huyó a toda velocidad y luego fue interceptado. Otro escapó al ver a los gentes en Son Banya. Fue arrestado tras hallar el vehículo en Son Ferriol.

La Guardia Civil auxilió al personal de una residencia de ancianos de es Mercadal, en Menorca. Al no poder recoger los medicamentos, los agentes fueron a la farmacia y se los llevaron.

Son Sant Joan

El tráfico aéreo ha quedado reducido estos días a su mínima expresión en Balears tras cerrarse las instalaciones aeroportuarias tras decretarse el estado de alarma por coronavirus. Buena prueba de ello son los escasos movimientos que se registraron el viernes en Son Sant Joan. Así, se contabilizó la llegada a Mallorca de 229 pasajeros mientras que abandonaron la isla 198. Mientras que el aeródromo de Eivissa recibió a 87 pasajeros en tres vuelos distinto. Luego 67 personas salieron de la pitiusa mayor en otros tantos vuelos.