La visión panorámica de la London Business School sobre el coronavirus incluye un capítulo con el expresivo título de "El papel clave de los asintomáticos". Los expertos estiman que una tercera parte de los casos detectados corresponden a pacientes que han sido infectados, pero sin desarrollar síntomas ni siquiera con carácter leve. Los 660 casos oficiales en Balears hasta ayer garantizan por tanto que centenares de mallorquines se han visto contagiados por el Covid-19 sin darse cuenta.

En la pauta actual de propagación del coronavirus en Balears, los casos oficiales se duplican cada cuatro días, de modo que saltaron de 330 a 660 entre el domingo y ayer jueves. Dada la escasez de pruebas realizadas, incluso entre el personal sanitario o los enfermos con sintomatología leve, la incidencia real ha de multiplicarse por diez en la apreciación más conservadora. Con este horizonte, los mallorquines que han superado la infección sin percatarse de ello se cuentan por millares.

Hay dos factores cruciales ligados a los enfermos asintomáticos mallorquines, su grado de inmunización y su influencia sobre el resto de la población. El blindaje ante la pandemia de los pacientes que se inscriben en la lista de recuperados del coronavirus ha sido contenciosa en las últimas fechas. Sin embargo, los médicos sobre el terreno conceden que se deben aplicar los criterios habituales. El palmesano Ferran Morell Brotad es catedrático de Neumología de la Autónoma de Barcelona, fue jefe de Neumología del hospital Vall d'Hebron barcelonés hasta 2014, y dirigió el primer transplante de pulmón con éxito de España, al que siguieron otros 1.150. En su opinión, "parece difícil la recaída de los asintomáticos, aunque quizás el año próximo se registre una mutación del virus y ya no estarán inmunizados".

Pese a que ignoran su condición y comparten por tanto la incertidumbre del resto de mallorquines, los centenares o miles de ciudadanos que han atravesado la enfermedad sin enterarse son ahora mismo las personas más a salvo del coronavirus. Sobre todo, porque las recuperaciones activas se ciñen solo a 39 personas en Balears, menos de un diez por ciento del total de enfermos.

Paradójicamente, los mallorquines asintomáticos son una pésima noticia para sus vecinos. Ruiyun Li, investigador en epidemiología del Imperial College londinense, publicaba la semana pasada en Science un artículo bajo el explícito título de "El elevado volumen de infección no documentada facilita la rápida diseminación del coronavirus". Señala que nueve de cada diez casos no fueron identificados en China antes del aislamiento de Wuhan. Al mismo tiempo, estos portadores sin síntomas transmitieron el Covid-19 a cuatro de cada cinco "casos documentados". Es fácil trasladar las cifras a Mallorca, de nuevo en el rango de los contagiadores involuntarios, inconscientes y que nunca descubrirán su experiencia. Su papel vehicular en la infección ha sido crucial, porque el artículo citado enfatiza que a ellos se debe "la rápida propagación geográfica del virus, y demuestra que su contención será un reto de envergadura".

Dualidad

El doctor Morell comparte la visión sobre la dualidad de los asintomáticos mallorquines. "Este año pueden dar por superada la enfermedad, porque han generado anticuerpos contra el virus. Sin embargo, son peligrosos para los restantes habitantes de la isla". Por lo que respecta a los periodos tranquilizadores a aplicar, el neumólogo señala que "ahora sabemos que el plazo medio de aparición de los síntomas es de cinco días desde la entrada en contacto con el coronavirus. A continuación vienen dos semanas durante las cuales se manifiesta la enfermedad y podemos contagiarla. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud ha prolongado ese lapso de seguridad hasta 30 días".

Estas prevenciones carecen de aplicación práctica, porque Mallorca no ha localizado a sus contagiados asintomáticos. La clave química para lograrlo reside en los "anticuerpos" generados por el sistema inmunitario para desarrollar la infección. Los test serológicos descritos ayer en este diario por los catedráticos Andreu Palou y Francisca Serra, de la Universitat de les Illes Balears, permiten conocer en solo quince minutos si la muestra de sangre o moco conserva el rastro del combate, con la presencia en el cuerpo de las inmunoglobulinas IgM e IgG.

La concentración de las pruebas de detección en Mallorca a los enfermos, y ni siquiera a los leves, se ajusta a la fantasiosa predicción de Fernando Simón el 9 de febrero, fecha en que el portavoz estatal avanzaba que "España solo tendrá unos cuantos casos de coronavirus". Los datos oficiales presentados a diario por el Govern han facilitado la restricción analítica.