Las tres personas jóvenes (entre los 20 y 30 años) que han fallecido en Balears con el COVID-19 tenían un elevado grado de discapacidad con patologías asociadas, lo que les hacía "más frágiles y sensibles" ante el coronavirus.

Francesc Albertí, portavoz del Comité Autonómico de Enfermedades Infecciosas, señaló ayer que por eso las personas con un grado elevado de discapacidad suponen un colectivo de riesgo.

Y es que todos los ojos están puestos en las residencias de personas mayores, temiendo llegar a situaciones como las que se han visto en Madrid (con decenas de fallecidos en varios centros), pero las residencias y centros de día de las personas con discapacidad también son sitios con usuarios de riesgo ante un contagio que puede producirse fácilmente.

De hecho, de los 27 infectados en residencias y centros de días informados por Salut ayer a mediodía, la mayoría (19) son personas con discapacidad y 'solo' ocho son personas mayores.

Tres de estas personas con discapacidad han fallecido, los más jóvenes de la lista de óbitos: un hombre de unos 30 años que murió el día 19 en Son Espases; otro de alrededor de 20 años que falleció en Son Llàtzer el día 21 y otro de 33 años que murió en Son Espases.

Los tres eran usuarios del centro de día de Mater Misericordiae, un servicio concertado por el Consell, hoy clausurado, al que asisten un centenar de personas. Cuatro usuarios más de estos centros de Mater, que atiende a personas con discapacidad intelectual, han dado positivo y están siendo atendidos en en la Unidad de Problemas Relacionados con el Alcohol (UPRA) del Hospital Psiquiátrico. Según los datos de Salud, un trabajador también ha dado positivo y está pasando la infección en su casa.

Trabajadores del centro Mater se pusieron en contacto con este diario para explicar que están cada vez más asustados por la situación y denuncian cierta falta de información por parte de los directivos.

Imagen de una de las instalaciones del centro Mater Misericordiae en Palma. M.M.

Además del centro de día, Mater tiene 143 usuarios (según datos de su web) en residencias y viviendas tuteladas, servicio que continúa abierto.

Antes de que se detectaran los dos primeros contagios, muchos trabajadores estuvieron en contacto con estos chicos. A algunos se les envió a casa, pero otros siguen trabajando, según indicó uno de ellos a este diario, quejándose por no haber recibido por parte de la empresa ninguna guía sobre cómo actuar. Este empleado aseguraba además no se han desinfectado las instalacciones (punto que Salud ayer no pudo confirmar ni desmentir) y que quién se ha encargado de desinfectar la zona han sido dos trabajadoras de la limpieza que, sin recibir instrucciones concretas y armadas solo con guantes y mascarilla (sin traje entero) han limpiado directamente con lejía.

Este empleado, que pidió anonimato por miedo a represalias, lamentó que se arriesgue la salud de estas trabajadoras a las que solo se les ha facilitado guantes y mascarilla y no un traje entero de seguridad.

Según señala el trabajador, es muy difícil que estos usuarios se queden quietos en una única estancia o que mantengan entre ellos la distancia de seguridad. Por ello, no es raro que entraen en las zonas donde se detectaron los positivos.

Tras los contagios se citó a los trabajadores, incluso a algunos que estaban en cuarentena, para que acudieran al centro a realizarse la prueba, pero no hubo para todos y varios de los empleados que habían estado en contacto con los chicos no se la pudieron hacer. Se les dijo que volvieran a recluirse.

Son Tugores

Los trabajadores de Son Tugores, residencia para personas con discapacidad psíquica, también han explicado a este diario las dificultades que se encuentran para lograr que los cinco usuarios que han dado positivo y siguen en sus instalaciones mantengan las medidas de aislamiento y seguridad. Otros dos usuarios están en Son Espases (tres según los empleados) y otros cinco en el Psiquiátrico.

Este residencia, gestionada por el Consorci Aprop (formado por Govern, Consell y Amadip) es de momento el centro residencial en el que se han registrado más positivos, por encima de ninguna residencia de mayores: según informaron los trabajadores ayer a última hora de la tarde, 17 usuarios (cuatro de un hogar y nueve de otro, de los tres que tiene la residencia) y 5 empleados tienen el virus.

Salud empezó a hacer la prueba a los trabajadores el domingo, en el centro de salud de Establiments. Aún faltan los resultados de parte de la plantilla. El resto de residentes en principio han dado negativo.

Ayer la Unidad de Zapadores de la Comandancia General de Baleares desinfectó las instalaciones de esta residencia.

Los empleados lamentan que las mascarillas han llegado tarde "y de forma insuficiente" y que tanto ellos como los usuarios, colectivo de riesgo, han estado expuestos muchos días sin protecciones.