El actor Carlos Madrigal acaba de perder a su padre, afectado por el coronavirus. "No dejo de preguntarme si ahora estaría vivo si la primera vez que fue a urgencias en el hospital le hubieran hecho el test del Covid-19", confiesa.

El intérprete relata que el pasado 16 de marzo llamó a una ambulancia porque su progenitor, de 73 años, se encontraba con tos, fiebre y dificultades para respirar. "Fuimos a Son Llàtzer. Estuvimos esperando tres horas. Le hicieron una radiografía del pecho y una analítica de sangre. Nos dijeron que no era coronavirus. Que tenía una bronquitis aguda, le recetaron un antibiótico, reposo y para casa. Nos fuimos tranquilos pensando que estaba descartado el virus, no sabíamos que no le habían hecho el test", relata.

A los dos días, su padre, Antonio Madrigal, empezó a presentar nuevas complicaciones. "Volvimos a urgencias de Son Llàtzer el día 19 y ya le ingresaron. Desde entonces, no le pudimos ver, hasta que falleció ayer [el lunes], y sólo pudo entrar a verle una persona, mi madre", cuenta.

Carlos y su familia estaban convencidos de que Antonio saldría de ésta. "Tuvo la gripe A y otras infecciones fuertes que siempre superó", comenta.

Aquel 19 de marzo, el actor le pudo llevar a su padre el teléfono móvil para poder comunicarse durante los días de ingreso. Lo que no sabía es que no iba a verle nunca más. "La primera vez que nos llamó, estaba muy consciente y muy hablador. Estaba animado", recuerda. Este hecho insufló esperanzas en la familia. Pero por poco tiempo. "Al día siguiente nos llamó a las cuatro de la mañana pero no pudimos hablar con él, habló con mi tía, y le dijo que estaba desorientado. Se iba quedando sin oxígeno".

El test del Covid-19 se lo hicieron el 19, precisa el actor. "Al día siguiente supimos que era positivo. Esa misma noche, estuvo muy mal. Le empezaron a sedar. Nos dijeron que le estaban preparando para que no sufriera. A los dos días nos llamaron: había fallecido".

Madrigal tiene buenas palabras para los sanitarios que atendieron a su padre durante el ingreso. "Mis respetos, han sido excepcionales, nos han dispensado un gran trato, pero el daño ya estaba hecho", asegura. "No entiendo cómo no le hicieron la prueba en urgencias el primer día que fuimos. Un día en el que tampoco había demasiada gente", asegura.

"A nosotros tampoco nos la han hecho y somos sus familiares más directos. Nos dijeron que sólo la hacían a quienes tenían síntomas graves. Hemos podido poner en peligro a más personas", sostiene. Según Carlos, su madre podría estar contagiada ahora mismo. "Ha perdido el olfato y el gusto".

Antonio Madrigal era un hombre fuerte, "de campo", "llevaba marcapasos y superó un accidente grave de coche". "Ahora estaba muy contento porque iba a un centro de día en la zona del Vivero y allí hizo amigos y trabajaba en un huerto. Estos últimos días, cuando estuvo en el hospital y nos llamaba por teléfono, le preguntó a mi madre cómo estaban los tomates".