La actividad en la construcción en Balears continuará hasta nuevo aviso. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, desoyó ayer la petición de suspender la actividad que el sector de Balears le trasladó a través de Marc Pons, conseller de Vivienda del Govern. Sindicatos, arquitectos, instaladores y constructores de las islas aseguran que en las actuales condiciones no se puede garantizar la seguridad de los trabajadores. Pero el Gobierno central no tiene de previsto cambiar sus planes.

"El ministro no se cierra, pero apunta a la necesidad de mantener activo un sector estratégico como la construcción, aunque estará pendiente de cómo evoluciona el coronavirus próximamente", indicó Pons al término de la reunión que mantuvo con Ábalos por videoconferencia junto con consejeros de otras comunidades autónomas.

El lunes por la tarde el propio Pons estableció con el sector de las islas un documento en el que se fijan una serie de medidas de obligado cumplimiento para evitar contagios en la obra. "No es incompatible plantear la paralización de la construcción y que además establezcamos medidas específicas para garantizar la seguridad de los trabajadores", indicó Pons, quien inicialmente era partidario de mantener la actividad constructora. La orden incluye la obligatoriedad de mantener una distancia de dos metros, comer por turnos, restringir al máximo su presencia en la vía pública y hacer jornada continua.

Obras "inviables"

Los constructores denunciaron ayer en un comunicado que "a día de hoy 55.000 trabajadores del sector en las islas siguen exponiéndose al COVID19 y también exponen a sus familias". Asimismo, desecharon cualquier responsabilidad en caso de que se produzcan contagios en una obra: "Somos constructores, no expertos en sanidad".

Los arquitectos de Balears , por su parte,consideran que las normas de seguridad pactadas el lunes son en la práctica irrealizables. "Si realmente tenemos que seguir ese protocolo al pie de la letra, la mayoría de las obras son inviables", afirmó la decana del Colegio oficial de Arquitectos de Baleares, Marta Vall-Llossera.

"Por ejemplo, es imposible cumplir la distancia de dos metros porque la gran mayoría de trabajos que se hacen en una obra se tienen que ejecutar entre dos o varias personas", añadió.

También los instaladores de Balears consideraron "inviable" mantener la actividad en las actuales circunstancias. "Se está jugando con la salud de los profesionales y de sus familias", subrayó Neus Sastre, vicepresidenta de ASINEM.

"Nos dicen que podemos seguir trabajando, pero siguiendo unas medidas de seguridad inviables como mantenerse a dos metros, no compartir herramientas o no llevarse la mano a la cara. Quien trabaja en una obra sabe que cumplir eso al pie de la letra es muy difícil", lamentó Sastre.

Alquiler

Si bien la petición de paralizar la construcción cayó en saco roto, al menos Marc Pons sí pudo arrancar a José Luis Ábalos el compromiso de establecer ayudas para los inquilinos que durante la actual emergencia no puedan afrontar el pago de los alquileres.

"Hemos sido la única comunidad en poner énfasis en la problemática del alquiler. De la misma manera que hay una moratoria de las hipotecas, hemos pedido medidas específicas para que quienes no puedan pagar el alquiler, puedan recibir ayudas directas del Gobierno. El ministro se ha comprometido a plantearlas en el Consejo de Ministros del próximo martes", indicó el conseller de Vivienda.

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