"Los puteros siguen siendo puteros y desgraciadamente la crisis del coronavirus , lamenta la coordinadora autonómica de Médicos del Mundo en las islas, Belén Matesanz, que añade que estas situaciones no están haciendo más que agravar la vulnerabilidad y el estrés que padecen las mujeres en situación de prostitución de Mallorca.

La responsable de esta ONG recuerda que los clubs están cerrados, y que la prohibición de estar en la vía pública hace que la demanda de servicios sexuales se centre en estos momentos en las viviendas particulares en las que se ejerce la prostitución, unos lugares en los que estas mujeres están especialmente indefensas a causa de la opacidad respecto a lo que sucede en su interior.

El mensaje que llega a los responsables de Médicos del Mundo por parte de estas personas es que hay clientes que pese a la declaración del estado de alarma siguen acudiendo a estos pisos a llamar a la puerta en demanda de servicios sexuales. Hay muchas mujeres que optan por no abrir, pero son precisamente las más vulnerables las que se están viendo abocadas a mantener su actividad a pesar de los riesgos que ello conlleva, según señala Matesanz.

Factores de vulnerabilidad

Varios son los factores que definen esa vulnerabilidad. Para empezar, la de las mujeres con hijos y otros familiares a su cargo a los que tienen que atender. No hay que olvidar que se trata de personas que no acceden a derechos como el cobro de prestaciones por desempleo.

Este elemento se multiplica cuando se trata de mujeres inmigrantes, que en muchos casos necesitan remitir parte del dinero que ganan a sus países de origen para ayudar a sostener a sus familias o a los hijos que hayan podido quedar allí.

Existe un elemento adicional: la posibilidad de estar en manos de proxenetas que las obligan a seguir trabajando para mantener un cierto nivel de ingresos. En este aspecto, se recuerda la penosa situación que ya viven algunas mujeres vinculadas a casos de trata.

Hay que tener en cuenta que Médicos del Mundo, al igual que Cruz Roja o el Casal Petit, organizaciones que habitualmente trabajan con este colectivo, están intensificando sus esfuerzos para ayudar a grupos especialmente desfavorecidos como éste. Su actuación se centra en dar toda la información posible en torno a esta pandemia, en facilitarles alimentos en caso de necesitarlo (una labor que se refuerza desde Cruz Roja), y en derivar algunos casos que se registran en la part forana a los Servicios Sociales de la zona, cuya respuesta está siendo "espectacular", asegura Matesanz.

La directora autonómica de Inclusión Social de Cruz Roja, Dolça Feliu, también pone en valor la coordinación que se está manteniendo entre las citadas organizaciones y las Administraciones a la hora de atender a los colectivos más desfavorecidos y vulnerables durante la crisis del coronavirus, sean las mujeres en situación de prostitución, los mayores, las personas que viven en asentamientos o los que no tienen hogar.

En el caso de las primeras, Cruz Roja está intensificando la entrega de alimentos para poder superar una fase en la que los ingresos de muchas familias se han desplomado debido a la paralización de sus actividades.

En el caso de la prostitución, la demanda de ayuda esta al menos más concentrada que otros años, debido a que las mujeres que tradicionalmente se desplazan por estas fechas a la isla desde otras comunidades autónomas para cubrir el aumento de clientes que se da al inicio de la temporada turística en zonas como la Platja de Palma o Magaluf, en esta ocasión no han podido venir. Esto hace que este problema esté en estos momentos muy limitado a Palma ciudad, aunque también haya casos en puntos de la part forana.

Lo mejor y lo peor

Un aspecto que se pone de relieve desde estas organizaciones es que la crisis pone en evidencia algunos de los aspectos más negativos del ser humano, como es el que los prostituidores sigan acudiendo en demanda de servicios sexuales pese a la gravedad de la crisis que se está viviendo, pero también otros comportamientos que evidencian el lado más positivo de las personas.

En relación a estos últimos, Dolça Feliu destaca que solo durante la pasada semana Cruz Roja contabilizó a 75 personas que se presentaron voluntarias para ayudar en la prestación de servicios a los más necesitados, a lo que se suma el aumento de las donaciones que se está registrando, muchas de ellas procedentes de hoteles que ya habían almacenado alimentos para el inicio de temporada y que, al no poder abrir ahora sus puertas, están entregando parte de estos productos con fines benéficos.