Los aeropuertos de Baleares van a cerrar en los próximos días y de forma gradual varias zonas del edificio terminal para adaptar sus instalaciones al tráfico actual de pasajeros. La situación actual de emergencia sanitaria generada por el brote de COVID-19, que ha llevado al Gobierno a decretar el estado de alarma y a adoptar medidas extraordinarias, entre ellas la reducción del transporte aéreo, ha desencadenado en una actividad mínima en los aeropuertos de Baleares, informa Aena este martes.

El aeropuerto de Palma, que va a ir cerrando paulatinamente diversas zonas del terminal, mantendrá operativo el módulo B (interislas), así como el filtro de seguridad que normalmente es exclusivo para pasajeros interislas (y que durante este periodo será para todos los viajeros) y la línea central de los mostradores de facturación que se sitúan frente a los filtros interislas. Asimismo, las operaciones de aeronaves se realizarán únicamente por una de las dos pistas con las que cuenta el aeropuerto.

El aeropuerto de Ibiza, por su parte, va a aumentar el tamaño de las zonas que normalmente tiene fuera de servicio durante la temporada de invierno. En este sentido permanecerán operativas cuatro puertas de embarque, de las trece que normalmente operan en temporada baja, y tres cintas de recogida de equipaje (de las ocho que funcionan habitualmente en este periodo). Las pasarelas se mantendrán fuera de servicio para garantizar las distancias de seguridad entre pasajeros.

El aeropuerto de Menorca, que desde octubre tiene cerrada parte del edificio terminal, mantendrá estás áreas inoperativas mientras sea necesario.

El objetivo de estos cierres parciales es adaptar las infraestructuras al tráfico real de pasajeros que hay en estos momentos para conseguir una gestión más eficiente, siempre garantizando que las operaciones pueden recuperarse de la misma forma que la demanda en el momento en que se produzca un aumento de la misma, explica Aena en su comunicado.