"En el estanco tenemos nuevos clientes, son vecinos que no fuman, pero ahora vienen a comprar el periódico cada día", explica Antònia Escales, una de las encargadas del Estanc des Tren, en Manacor. "Como los bares están cerrados, las personas que antes leían el periódico mientras tomaban el café ahora vienen a buscar la prensa porque no quieren perder ese hábito y al mismo tiempo quieren mantenerse informados", añade Bàrbara Rosselló, la otra encargada del establecimiento donde se vende prensa diaria y todo tipo de revistas.

Si en circunstancias normales en este estanco los lectores compran a diario unos 270 ejemplares de periódicos, durante esta primera semana de confinamiento "hemos llegado a picos que superan los 500 diarios vendidos, la gente quiere saber lo que pasa y al mismo tiempo busca excusas para salir a la calle". "Por eso creemos que mucha más gente decide salir y venir a comprar periódicos o revistas", añaden.

Para comentar la actualidad con los clientes no les queda tiempo. "Hemos impuesto un aforo máximo de dos personas, el resto tiene que esperar fuera y por eso no nos podemos entretener hablando del coronavirus ni nada de eso", comenta Escales.Pero las medidas para prevenir la expansión del virus están muy presentes en la tienda. "Hemos pintado marcas en el suelo para que los clientes mantengan la distancia mínima de un metro y medio entre ellos y nosotras, aunque no todos los cumplen", explican las encargadas. "Usamos guantes de un solo uso que desechamos continuamente y también nos lavamos las manos muy a menudo porque toda precaución es poca ", tal como detalla Rosselló.

Aun así, ambas creen que la gente podría protegerse más. "En el caso de la prensa es imposible, porque sale cada día, pero no hace falta bajar a comprar tabaco todos los días. Con ir al estanco una vez a la semana para comprar las cajetillas que cada uno fuma sería suficiente, aunque eso va a elección de cada uno", concluyen desde el Estanc des Tren.

Por su parte, en la Impremta Can Bergas, de Sa Pobla, han notado un ligero aumento de ventas: "La media de edad no ha variado, la mayoría son de más de 50 años, con excepciones, pero hay algunos nuevos compradores que lo hacen para estar entrenidos en casa. Leer el periódico se ha convertido en un entretenimiento. A la vez que uno se informa, está ocupando su tiempo", sugiere la trabajadora Magdalena Fornés. Además, como ocurre en la mayoría de imprentas, son los productos de manualidades los que más están triunfando.

En la Impremta Gelabert, también de sa Pobla, comentan que la venta de periódicos no ha variado mucho y que "quizás se nota más entre semana, con algún comprador más", apunta Antònia Serra, una de las trabajadoras del local, cuyo propietario es Joan Gelabert. "La gente que viene a comprarlo estos días es la que es fiel a la prensa", sigue Serra. En cambio, los artículos de manualidades salvan muchas tardes a las familias: "Hemos notado que se venden cartulinas, tijeras, plastilina y otros productos de este tipo, así como libros y revistas", concluye.