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Felipe VI declara un ERTE en la corona todo a cien

El único miembro de la Familia Real que tiene su puesto asegurado ahora mismo es Iñaki Urdangarin, y ya solo queda preguntarse quién es el autor intelectual del cuñado del Rey

El hijo ha despedido al fundador de la dinastía, que además es su padre, igual que Apple expulsó a Steve Jobs.

Nunca es tarde para aprender una nueva forma de tener miedo. Por ejemplo, Felipe de Borbón y Letizia Ortiz no solo comparten con millones de españoles el pánico a quedarse sin trabajo, sino la constatación de que esa pérdida de empleo no sería la primera noticia de portada en un país bajo toque de epidemia.

La Familia Real también tiene un problema de liquidez, en su caso por exceso. No sabe de dónde le caen los millones, se siente abrumada por la generosidad de los tiranos árabes. Esta asfixia económica ha obligado a Felipe VI a declarar un ERTE en la corona todo a cien. Pretende que los despidos dolorosos refloten la empresa familiar, en Inglaterra llaman the firm al rebaño que capitanea su tía Isabel II.

La inyección de cien millones de euros abarata el concepto de monarquía. De ahí que el ERTE de Felipe VI no haya dispensado al fundador de la dinastía, que además es su padre. También Apple expulsó en su día a Steve Jobs. La medida se adoptó con un año de retraso respecto a la conciencia de heredar cien millones de Ginebra, porque estas decisiones no pueden tomarse de un día para otro, y afecta a la incomparable Ciccicorinna. Los más desalmados han metido en el guiso a nuestra compatriota Marta Gayá. Y la regulación temporal de empleo daña colateralmente a Doña Sofía de Mallorca y de Grecia.

El único miembro de la Familia Real que tiene su puesto asegurado ahora mismo es Iñaki Urdangarin. Les dejo unos segundos de pausa para que reconozcan que el descaro de los cien millones ginebrinos ha modificado su perspectiva sobre la Infanta Cristina y su esposo, que por lo visto no eran excepción sino regla. Comprendo que les asalte la reflexión de un personaje de Leopoldstadt, la última obra de Tom Stoppard, "creo en el infierno desde que soy una pecadora". (Sí, la cita viene a cumplimentar al resentido que me llamó "pedante", y luego tuve que pagar la edición de sus obras amargadas completas).

¿Verdad que ahora parece más increíble la pureza inmaculada de la hermana del Rey, y más creíble la noticia de que el propio Juan Carlos I intercedía en Valencia para que se aceleraran los pagos a su yerno? Dado que no hubo delito en la trama levantina del caso Infanta, se trataba de una gestión anodina, la reclamación de unos servicios efectivamente prestados.

La conjunción de Corinna y Cristinna nos obliga a expresarnos en el lenguaje conspirativo que tanta fama adquirió tras el 11M, ¿quién es el autor intelectual de Urdangarin? Tanto la Audiencia de Palma como el Tribunal Supremo concluyeron moralizantes que el condenado había abusado de su condición de yerno del Jefe de Estado. Sin embargo, y dado que el balonmanista cobró unos seis millones en tres años por cien del comisionista Juan Carlos de una tacada, el argumento de la oveja negra deviene insostenible racionalmente. No importa, ya sabemos que la justicia lo aguanta todo.

Con el amontonamiento de excepciones, los Borbón Grecia Ortiz recuerdan cada vez más a una de las dos familias de Parásitos, y no precisamente a la que habitaba en los barrios altos. Frente a injustas acusaciones de pereza, nadie negará que algunos royals se han esforzado por hundirse en el descrédito. De ahí que el miércoles no asistiéramos a la primera cacerolada contra un Rey, pero sí a la primera cacerolada que ahoga el discurso de un Rey. Resonó hasta en Andratx, por fuerza debía recordarnos el día en que Juan Carlos I confesó en Mallorca que abdicaría si se le descubría una turbiedad. Por entonces, Corinna volaba a Son Sant Joan en reactor privado, adivinen quién pagaba. Hoy no podría volar.

¿Influye en la irritación que el enclaustramiento invita a desquitarse? Pues también, y qué tiene eso de malo. La plebe se merece un desahogo. Con un matiz, Felipe VI no ha de temer a los lenguaraces de ordenanza, sino a quienes pasarán de la adulación esclavista a la crueldad bestial. Sin despeinarse. Hay indignación en el aire, y el humo que bufan los cortesanos no logra disiparla.

Reflexión dominical ahumada: "El fum és la publicitat del foc./ I el foc, el crepuscle de la paüra." (Lluís Maicas, Goteres de llum).

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