"¡Puede entrar uno!". La frase se repite en el acceso a un gran supermercado de la calle Eusebi Estada de Palma, y en el portal de una frutería de barrio en la calle Arxiduc Lluís Salvador. Palma ha amanecido este sábado con grandes colas de ciudadanos esperando para poder comprar productos de alimentación, tras una semana de confinamiento por la crisis sanitaria del coronavirus en la que la afluencia a los súpers se había estabilizado.

A lo largo de la mañana se sucedían las hileras de gente esperando para poder entrar en los establecimientos de comida. Una imagen muy representativa se da la citada calle Eusebi Estada, donde coinciden dos supermercados enfrente uno del otro. Las colas dan la vuelta a la esquina, pudiendo haber casi un centenar de personas en cada una. En uno de los establecimientos regulaba los accesos un guarda de seguridad. En el otro, es personal del propio supermercado era quien se encargaba.

"Menudo rollo, tener que esperar para hacer la compra", ha sido una de las frases que más se escuchaba durante la espera. Solo puede entrar una persona por cada otra que sale. En el interior de los locales se pide guardar una distancia de separación de un metro entre clientes, lo que provoca también largas demoras para poder pagar. También se limita el número de un mismo producto por persona. En contraposición a la calma tensa que impera en todos los lugares por las medidas de reclusión ciudadana, surgen espontáneamente conversaciones entre desconocidos; todas versan sobre el mismo tema. "El bicho ese", algunos lo llaman.

Por la megafonía se repiten las medidas de seguridad y limpieza que han adoptado los supermercados, hay que usar guantes de plástico para coger las frutas y verduras y mucha gente usa mascarillas. En las pequeñas tiendas de comestibles también se restringe el aforo -"cinco personas máximo" advierte un cartel en la puerta de la frutería antes citada-. "La gente está cansada de estar en su casa, y aprovechan que es sábado para salir un poco", explica una dependienta.

Por su parte, el Consell de Mallorca pidió esta mañana a los supermercados presentes en la isla que adquieran productos locales, debido al actual momento de emergencia sanitaria y social. Con ocasión de esta primera semana de estado de alarma, el conseller de Promoción Económica y Desarrollo Local, Jaume Alzamora, se ha puesto en contacto con los representantes de supermercados presentes en Mallorca para animarles a adquirir productos elaborados en Mallorca.

El Consell de Mallorca pretende promover el consumo de producto local en las grandes superficies, ya sean verduras o fruta, carne o pescado, o productos alimenticios artesanales. Se trata de una práctica que beneficia directamente a las empresas productoras mallorquinas, sus trabajadores y el tejido empresarial.

Pese a todo, el suministro de productos por vía portuaria está asegurado, como esta misma mañana se ha encargado de recordar el Govern a través de la Consellerecia de Mobilitat i Habitatge: "La llegada de productos a las islas está asegurada y el suministro a supermercados garantizado. No hace falta acapar la comida".

Cabe recordar que las Balears tienen limitadas por orden ministerial las conexiones portuarias. De esta forma, dichos enlaces solo sirven para asegurar el transporte de mercancías o de personas por causa justificada. La orden del Ministerio de Transporte publicada en el Boletín Oficial del Estado, se mostró tajante en este sentido y es la naviera Baleària la encargada del transporte de dichas mercancías en sus rutas desde la península a las Balears.

Con todo, las calles del centro de Palma presentan un aspecto tranquilo, con poca circulación. Sí se ven coches de la Policía patrullando y también de los servicios sanitarios que acuden a domicilio. "Tenga, tiene que llevarse el tique", pide a los clientes que se marchan el personal de caja. A los que se desentienden, les recuerdan que "si la Policía le para, ahora lo piden", ante ciertas miradas de incredulidad. Ya no basta con salir a la calle con la bolsa de la compra vacía bajo el brazo como treta para sortear el confinamiento, y respirar un poco de aire.