La máquina de coser funciona a pleno rendimiento en la casa de Margalida Busquets y Tòfol Miquel, donde esta semana se han puesto a fabricar mascarillas para entregarlas a los servicios sanitarios y de emergencias que las necesiten para cubrir la demanda que la crisis del coronavirus ha creado. El taller está en el desván de su casa, un sitio donde hasta hace poco Margalida fabricaba bolsos y otros enseres personales a partir de retales. Pero las circunstancias le han obligado a cambiar. Margalida Busquets dedica su tiempo libre a fabricar bolsas de tela que después entrega a la asociación sin ánimo de lucro Adopta un Griffon UK, una entidad animalista que vela por una raza de perro que sufre el maltrato de cazadores para darlos en adopción.

Las restricciones impuestas con el estado de alarma no le permiten instalar su puesto de venta en varios mercadillos de la isla, donde el matrimonio Busquets-Miquel acude cada semana para comercializar las bolsas y sacar un dinero para la asociación. Con la industria de los bolsos paralizada, desde hace unos días Margalida ha dado forma a los patrones para confeccionar mascarillas de seguridad y, desde el martes, dedica las tardes en casa para fabricarlas y entregarlas a la Policía y al centro de salud.

"Es un trabajo que me reconforta en una situación tan difícil como la que estamos pasando", afirma Busquets, quien asegura que "de muy buen grato me dedico a fabricarlas porque la situación lo requiere". Además apunta que "también queremos hacerlas llegar a las personas que por las circunstancias actuales no han tenido acceso a las mascarillas".

En los primeros días de fabricación, las máscaras fabricadas en Sóller han ido a parar a manos de trabajadores sociales de Palma que le solicitaron su colaboración ante la escasez de este material de protección. También mascarillas fabricadas en el taller de Margalida Busquets han ido a parar a domicilios particulares de Sóller y al almacén que ha creado para la ocasión la Policía Local, donde se guarda estos días todo el material que vecinos y empresas del municipio donan.

Para esta costurera, la producción a pequeña escala de los tapabocas "me llena de satisfacción, puesto que sirven para ayudar a combatir esta crisis sanitaria que padecemos".