Ya somos un archipiélago blindado por tierra y aire, con unas conexiones mínimas con la península. Los residentes, acostumbrados a una variada oferta aérea, solo podrán volar con tres compañías a Madrid y Barcelona: Air Europa. Para poder coger una avión bajo el estado de alarma por la pandemia del coronavirus habrá que justificar la salida por necesidad: motivos laborales, de residencia, por salud, para atender a personas dependientes o por la muerte de un familiar.

El ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana hizo públicas ayer las fuertes restricciones en las conexiones aéreas y marítimas después de haber estado negociando el miércoles con las compañías aéreas. La orden ministerial que se aprobó el martes había fijado también vuelos con Valencia. Sin embargo, la baja ocupación de los aviones, con las férreas limitaciones para tratar de mitigar la pandemia del coronavirus, y la frágil situación de las aerolíneas ha provocado que ninguna compañía quiera cubrir la ruta Palma, según corroboró ayer por la tarde el conceller de Movilidad y Vivienda, Marc Pones, tras la comunicación del ministerio de José Luis Ábacos.

Es tal la situación que el Gobierno ha tenido que proceder a una adjudicación exprés de un contrato para la prestación de servicios aéreos en las conexiones intersigas: ni Air Europa ni Air Nostrama, las dos compañías que unían Palma con Menorca y Eivissa, han mostrado interés en seguir operando. Se han presentado dos ofertas -posiblemente una de ellas será la de la aerolínea de Globaliza- y hoy se conocerán cuáles son, detalló Pones. Habrá una frecuencia por cada una.

Los vuelos interislas no quedarán suspendidos porque Air Europa los tiene programados hasta el 29 de marzo.

Desde ayer está prohibido cualquier tipo de vuelo desde la península hacia los aeropuertos baleares, exceptuando los que se han fijado a Madrid y Barcelona. Tampoco se permite el desembarco de pasajeros de buques de pasaje y embarcaciones de recreo de cualquier tipo en los puertos del archipiélago, salvo los conductores de los camiones de mercancías. Estos tendrán que viajar en camarotes de forma individual y no podrán tener contacto entre ellos, explicó el conseller desde Menorca.

"Solo por causas humanitarias o de salud" y con la autorización de la Delegación de Gobierno podría permitirse el transporte vía marítima de otros pasajeros.

Marc Pons, acompañado de la presidenta menorquina, Susana Mora, exponía ayer el "cambio radical" de Balears, que pasa de mejorar con mucho "esfuerzo" la conectividad a "desmontar" los planes y cerrar aeropuertos.

Entre los pasajeros ya se están haciendo controles por parte de personal sanitario en coordinación con Aena.

Deben rellenar un formulario detallando el motivo del viaje, la dirección y el tiempo de estancia. Se entregan a las fuerzas de seguridad y los viajeros deben estar en cuarentena por si tuvieran síntomas de Covid-19. En los aeropuertos los pasajeros de salidas y llegadas circulan sin tener contacto entre ellos.

En las islas quedan unos 18.000 turistas. Los vuelos internacionales llegan "prácticamente vacíos", su finalidad es la repatriación, dijo Pons.

El Govern a la espera de regresar a las islas.

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