Las dos parroquias de Pollença han decidido, "siguiendo las recomendaciones del obispado para una mejor atención pastoral en estos momentos de dificultad", que cada día a las 10 de la mañana los sacerdotes oficiarán misas a puerta cerrada "por el bien de todo el pueblo". Así, en el puerto las misas sin público se celebrarán en la capilla del Santíssim y en Pollença en la capilla de Sant Sebastià los días laborables y en el altar mayor los domingos.

Antes del inicio de las misas, las parroquias harán sonar sus campanas para que "todos puedan formar parte espiritualmente de la celebración". Además, cada sábado se cantará la Salve a la Patrona para que "nos libre de estos nuevos peligros".

Por otra parte, según han informado las parroquias a los feligreses, cada día, después de la misa, las iglesias estarán abiertas hasta las 12 horas para que los que "tengan necesidad" puedan rezar o recibir el sacramento de la Reconciliación.

Asimismo, diariamente, a las 12 del mediodía, "tal y como recomienda la Conferencia Episcopal Española", se hará el toque del Ángelus "en memoria y plegaria de todos los afectados y profesionales que luchan contra el virus y sus consecuencias".

Las parroquias de Pollença señalan que la "plegaria para vivos y difuntos es la mejor obra de misericordia que podemos ejercer en estos momentos la mayoría de nosotros" e instan a dejar que los profesionales "lleven a cabo sus tareas". "Ya vendrán días en que recobraremos la normalidad", concluyen.