El Col·legi Oficial de Psicologia de les Illes Balears (COPIB) ha elaborado un conjunto de recomendaciones para afrontar el aislamiento al que obliga el estado de alarma decretado por el Gobierno del Estado, especialmente dirigido para las familias con menores a su cargo. Los niños y niñas detectan cuándo algo no va bien o cuándo los adultos se sienten inseguros o asustados. Por ese motivo, lo primero y más importante es explicarles con calma lo que está sucediendo y los motivos por los que tenemos que permanecer en casa. Contrariamente a lo que podemos pensar, si tratamos de ocultarles información para protegerles sobre qué es el COVID-19 o sobre qué es el aislamiento, los menores pueden recurrir a argumentos fantasiosos, producto de su imaginación, para compensar la falta de información. Con esto, corremos el riesgo de que imaginen escenarios aterradores y distantes de la realidad.

Es fundamental que los menores comprendan que esta nueva situacion no son unas vacaciones, sin permitir que el miedo o el pánico se apodere de ellos. Por eso, es importante mantener las rutinas programadas y establecer algunos momentos destinados a reflexionar sobre lo que esta sucediendo, lo que piensan y lo que les preocupa.

Todos sabemos los beneficios de pautar una rutina diaria en el desarrollo de los/as niños/as, y esta situación no es distinta. En este sentido, establecer un horario será muy útil tanto para los/as pequeños/as, como para sus cuidadores.

Una buena manera de establecer esos horarios puede ser por la noche. Decidir entre todos como se organizará la siguiente jornada ayudará a que los niños/as estén más tranquilos y aumentará la sensación de control y ocupación de los/as cuidadores.

No se trata tanto de establecer un horario fijo, es importante se flexibles, como de tener una serie de objetivos alcanzables durante determinadas franjas horarias. Por ejemplo:

Levantarse, asearse, vestirse (aunque sea con ropa comoda de estar por casa).

Desayuno, aprovechar para hacerlos más completos y participar todos en su elaboración.

Tareas domésticas: es un buen momento para trabajar la autonomía de los menores al disponer de tiempo para enseñarles tranquilamente y de forma positiva: hacer la cama, recoger la habitación, colaborar doblando ropa, organizar algún cajón o armario juntos... este tipo de actividades los mantendrá entretenidos y les permitirá sentirse satisfechos.

Tareas académicas que se hayan facilitado desde los centros escolares o refuerzo con los materiales que se tengan en casa.

Tiempo libre después de las comidas y a media tarde: la televisión, los video juegos, tablets... Es normal que que se incremente el tiempo de uso, hay que ser flexibles, pero haciéndoles saber que se trata de una situación extraordinaria. Actividades como las manualidades, música, bailes, juegos de mesa, etcétera, pueden ofrecer también distracción y momentos relajados y divertidos que compartir entre todos.

— Para los/as más pequeños, prepararles un buen baño al final de la tarde para que se relajen y diviertan.

— Después de la cena se puede anticipar/organizar lo que se hará durante la siguiente jornada, compartir un rato de lectura y practicar algún ejercicio de yoga o de respiración en la cama.

— Los niños/as, igual que las personas adultas, pueden estar nerviosos/as y más irritables por la inactividad a medida que vayan pasando los días de cuarentena. Es necesario saber que se van a producir momentos de tensión y es necesario prepararse para incrementar la tolerancia.

— En las casas en las que haya más de una persona adulta, es importante procurar también organizar a lo largo de la jornada algún relevo para disponer de un tiempo individual que permita desconectar y hacer alguna actividad que les permita relajarse también.

Evitar escuchar las noticias delante de ellos. Es importante que los adultos estén informados, pero se recomienda hacerlo en momentos y lugares en los que no estén los menores y consultando fuentes oficiales. Aun así, no hay que olvidar preguntarles a ellos también cómo se encuentran y qué necesitan saber.

— Aunque se esté en casa, no se está aislado. Actualmente disponemos de mucha tecnología que nos permite estar conectados: videollamadas, aplicaciones para hacer llamadas de varias personas, como a los abuelos y abuelas que, por prevención, quizá no puedan estar en contacto directo con la familia estos días.