La Bolsa da por perdida la Semana Santa en el ámbito turístico por culpa del coronavirus. Este es uno de los factores que explican el derrumbe que ayer se registró en el parqué español, y que tuvo al grupo Meliá entre los perjudicados, con una bajada superior al 5% a primera hora de la tarde de ayer, en parte por su mayor exposición en el mercado asiático, según señalan los analistas consultados. La suspensión de eventos y cancelaciones de viajes se convirtieron en uno de los elementos clave del comportamiento de los inversores, y cada vez se ve más lejos la posibilidad de que la fase de desaceleración económica pueda moderarse en 2020.

El economista y director de la Fundación Impulsa, Antoni Riera, subraya que lo que nació como una crisis sanitaria ha derivado en una crisis económica por las incertidumbres que ha generado y por el impacto que va a tener en los diferentes sectores económicos, con los servicios en cabeza. Y el turismo está en este último grupo.

Hay un dato que pone de relieve Riera. En la industria, un frenazo temporal en la producción puede compensarse elevándola en los meses posteriores. Pero en los servicios, y en concreto en el turismo, una cama hotelera no ocupada en abril es una cama perdida.

Y ante lo que está sucediendo, las Bolsas están descontando ya las plazas turísticas perdidas en el corto plazo, incluyendo los eventos previstos para estos días que se están suspendiendo o aplazando, y también la campaña de Semana Santa. El reflejo de todo ello es el impacto en Meliá o en los aeropuertos españoles (Aena).

También el consultor y presidente de Educatur, Doménec Biosca, señala ese mismo impacto en el sector turístico, que se refleja en la cantidad de congresos, eventos y viajes que se están cancelando. Se ha producido un "tsunami de miedo que no es racional, pero que hace que la gente se paralice", apunta. Eso está provocando una bajada en la facturación de muchas empresas, de modo que "los inversores huelen las pérdidas y la Bolsa baja", añade.

Hay un aspecto en el que coinciden plenamente Riera y Biosca: cuando se habla de dinero, pocas cosas hacen más daño que la incertidumbre, y en la actualidad ésta es elevadísima.