"Cuánto me pagas tú a mí por llevármelo y quitarte de encima este problema". Esta frase corresponde a un representante del sector náutico balear que explica, con ironía, la actual situación del que fuera yate del Rey emérito financiado por empresarios de las islas, antes denominado Fortuna y rebautizado como Foners. Otro lo denomina como parte de la "Armada Invendible". Porque año y medio después de ponerse a la venta, y tras haber rebajado su precio a la mitad, sigue apareciendo en oferta en diferentes páginas web especializadassigue apareciendo en oferta en diferentes páginas web especializadas en la comercialización de este tipo de embarcaciones. El que se anuncia como "el yate más veloz del mundo" y fuera calificado como un "Ferrari del mar" no encuenta quien quiera ponerse a sus mandos y pagar los 3,9 millones de euros que se piden por él.

Basta hacer una rápida búsqueda por internet para encontrar la oferta del M/Y Foners (yate a motor) en diferentes plataformas como Superyachts, Boatinternational, Royal Yacht Brokers, Yacht Harbour, Yacht Charter Fleet, e incluso la de Engel & Völkers. Todos destacan un aspecto: su velocidad y los 68 nudos (unos 115 kilómetros/hora) que puede alcanzar.

Pero ese es precisamente su mayor inconveniente, según apuntan representantes del sector náutico. Porque para empezar, las personas interesadas en pagar semejantes cantidades económicas por una embarcación lo que buscan es lujo, y no velocidad. El diseño del ex Fortuna atiende a los gustos concretos de Juan Carlos I. Pero no muchos los comparten.

Un elemento que se apunta como clave es lo costoso que resulta navegar con el antiguo Fortuna. Porque las tres turbinas Rolls Royce de que dispone no solo consumen carburante a un ritmo extraordinariamente alto, sino que además su mantenimiento resulta notablemente caro (se las compara con los motores de un avión), lo que implica "una esclavitud".

"Nadie necesita esa velocidad"

Eso hace que se trate de un yate de lujo pero poco práctico. Y ello a pesar de que algún destacado empresario vinculado a la náutica lo califica de "preciosidad" por su diseño y lo cuidada que fue su construcción, dado que iba a ser utilizado por un Jefe de Estado. Pero al mismo tiempo, insiste en que "tiene tanta potencia instalada que su consumo es demasiado alto", y más teniendo en cuenta que "nadie necesita tanta velocidad".

Por ello, se insiste en que el Fortuna, ahora Foners, fue el "capricho de un Rey", y para poder venderlo ahora es necesario encontrar a "otro caprichoso" con la disponibilidad económica necesaria para hacer frente a su precio y a los gastos de mantenimiento que conlleva. En este aspecto, todos ponen sus ojos en los países arabes.

Hay otro aspecto a tener en cuenta, como es que se trata de un yate construido hace 20 años. Fue un regalo de un grupo de empresarios mallorquines al entonces Rey por la promoción que sus estancias en la isla suponían para Mallorca. Juan Carlos tuvo que renunciar a él en 2013, cuando su popularidad se encontraba en un punto muy bajo.

Entonces el barco retornó a Fundatur, fundación creada por los citados empresarios, que intentaron venderlo por 10 millones de euros, aunque finalmente Baleària solo pagó por él 2,2 millones. Esta naviera finalmente optó también por ponerlo a la venta por ocho millones de euros, pero su precio ha bajado ya hasta los 3,9 millones.

CONTENIDO_RELACIONADO

  • Fundatur se "quita de encima" el ´Fortuna´ por 2,2 millones de euros
  • Dificultades para vender el 'Fortuna': barco real a mitad de precio

FIN_CONTENIDO_RELACIONADO