Tras el performance Defensoras de las vida,performance un espectáculo de castelleras el parc de la Mar, escenario elegido para cerrar la movilización del 8M en Palma este domingo, llegó, pasadas las dos de la tarde, la hora de la lectura del manifiesto del Moviment Feminista de Mallorca, en el que se clamó contra la "reorganización del fascismo", "un ataque frontal" al feminismo.

Primero, un nutrido grupo de mujeres dio voz a todas aquellas que no han podido estar presentes: las migrantes, las desplazadas, las niñas y adolescentes de los CIES (Centros de Internamiento de Extranjeros). "¡Presente!", coreaban tras el recuerdo de cada colectivo.

Las mujeres que padecen enfermedades mentales, las desaparecidas, las cuidadoras de personas dependientes, las trabajadoras precarias, las supervivientes de la violencia machista o las 22 víctimas de feminicidios en lo que va de año y las 1.047 desde 2003. Jubiladas en situación de pobreza, las niñas obligadas a casarse o las víctimas de trata y prostitución o de violencia obstétrica.

Las refugiadas, las menores víctimas de explotación sexual, las presas o las periodistas amenazadas. Todas ellas y más fueron recordadas.

Violencia machista

"¡Basta de discursos bienintencionados, queremos hechos!", se gritó desde el escenario para iniciar la lectura del manifiesto contra "un sistema patriarcal y capitalista". Las activistas se fueron turnando con las proclamas, destacando que Baleares lidera el número de denuncias por violencia de género y agresiones machistas y reclamando a los medios de comunicación un "tratamiento más respetuoso" con este asunto.

Se denunció la feminización de la pobreza, "un hecho indiscutible, y se ha recriminado la "desigualdad extrema" en las tareas de los cuidados, además de reclamarse el derecho al aborto seguro, libre y gratuito.

Preocupa sobremanera la "reorganización del fascismo", que está consiguiendo difundir "discursos machistas y xenófobos" con mentiras y manipulaciones, lo que se considera "un ataque frontal al feminismo", porque "nos quieren en casa, sumisas o muertas", sin embargo, las mujeres están "organizadas y más juntas que nunca en las calles". Por todo ello, se clamó por una educación feminista y el cese "de los ataques organizados de la ultraderecha.

Y ante la emergencia climática "la alianza del feminismo y el ecologismo es imprescindible" reivindicaron las activistas, incidiendo también en que "la explotación turística de esta tierra no es sostenible ni laboral ni económicamente ni ecológicamente", a lo que los manifestantes congregados gritaron "no necesitamos más carreteras ni aeropuertos".

Las kellys subieron después al escenario para reivindicar el reconocimiento de sus enfermedades profesionales y reclamar una jubilación anticipada y las mujeres musulmanas, las que padecen problemas de audición y las mujeres migrantes también clamaron por sus derechos.