La contable de la empresa Lujo Casa, investigada en el caso de la mayor estafa inmobiliaria de Balears de los últimos años, incriminó ayer en su declaración judicial al principal acusado, el empresario catalán Carlos García Roldán, considerado el cerebro de la trama, al indicar que era él quien decidía los asuntos financieros de la sociedad.
La antigua empleada del grupo inmobiliario, que ayer compareció en calidad de investigada en el juzgado de instrucción número 11 de Palma, ratificó su anterior declaración ante la Guardia Civil. Según su versión, García Roldán era quien decidía sobre el dinero y llevaba el peso de la gestión de la empresa.
García Roldán, que huyó al extranjero a mediados de 2018 antes de que estallara el escándalo dejando a más de 250 perjudicados sin su dinero, permanece encarcelado en la isla tras su detención en febrero de 2019 en Colombia. El encausado fue extraditado y trasladado a Palma. Hoy está previsto que comparezca ante la magistrada que se encarga de investigar la gran estafa inmobiliaria de más de cuatro millones de euros.
De momento, hay cerca de 300 víctimas que compraron sobre plano pisos y chalés en Palma y otras zonas de Mallorca que nunca llegaron a construirse. Los afectados pagaban un 10 por ciento del valor de la vivienda, que podían ser 30.000 euros, convencidos de que estos proyectos iban a hacerse realidad. Sin embargo, ninguna de las promociones. Los investigadores sospechan que el principal acusado, junto con su socio colaborador, el ciudadano italiano Michele Pilato al frente de la inmobiliaria Mallorca Investment, distrajo los fondos y se dedicó a llevar un vida de lujo y ostentación. Pilato se encuentra en libertad tras pagar el pasado año una fianza de 300.000 euros. Este hombre ya declaró en el juzgado y dijo ser una víctima más de Carlos García Roldán. A mediados de 2018, denunció a su antiguo socio, tras distanciarse y desvincularse de él, por la situación que había causado.
La contable de Promociones Lujo Casa Baleares, investigada por los presuntos delitos de estafa, grupo criminal, blanqueo de capitales y alzamiento de bienes, admitió ayer que le resultaba muy difícil llevar la contabilidad de la empresa. Según su versión, el dinero se mezclaba entre la sociedad Lujo Casa y Mallorca Investment. No había distinción entre ambas empresas, apuntó. La joven detalló que incluso los empleados no sabían en qué sociedad estaban trabajando. Compartían el mismo espacio físico hasta que García Roldán y Michele Pilato se distanciaron y separaron. Entonces, Pilato se mudó a una oficina de enfrente.
La antigua trabajadora indicó que estos dos empresarios se encargaban de la gestión de estas sociedades. Según manifestó, ella recibía instrucciones tanto de Carlos García Roldán como de Michele Pilato, si bien para los temas de dinero García Roldán era el que tomaba las decisiones.
La joven investigada también recordó que los afectados pagaban por transferencia o en efectivo para reservar los pisos y, cuando empezaron los problemas, las víctimas le llamaban por teléfono preocupadas por el estado de las obras. La mujer precisó que ella no sabía nada de las construcciones y el empresario García Roldán le decía que dijera que "todo" se arreglaría. Según apuntó, el principal acusado se excusaba alegando que estaba pendiente de que le concedieran unos créditos.
Una vez los dos socios se separaron, la contable se quedó en su empresa hasta su liquidación. El resto de empleados de Lujo Casa fueron despedidos, según mantuvo la joven, quien añadió que tenía estudios de FP de contabilidad y dos años de experiencia.
La Guardia Civil culminó sus pesquisas de la macroestafa inmobiliaria en el verano de 2018 al detener a diez personas. Los investigadores bloquearon un centenar de cuentas bancarias e inmovilizaron 38 propiedades.
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