Carlos García Roldán, considerado el cerebro del macrofraude de Lujo Casa, la mayor estafa inmobiliaria de Balears de los últimos años, podría enfrentarse a una condena de 23 años de prisión según la Fiscalía Anticorrupción. El ministerio público imputa al empresario catalán cinco delitos: estafa agravada, pertenencia a grupo criminal, insolvencia punible, blanqueo de capitales y falsedad en documento mercantil.

El principal acusado, que se fugó a Colombia antes de que saltara el escándalo dejando a más de 150 perjudicados en la isla, fue excarcelado este miércoles a primeras horas de la mañana. García Roldán, que fue detenido en febrero de 2019 y posteriormente extraditado a España, se ha negado a declarar ante la magistrada del juzgado de instrucción número 11 de Palma, que investiga la macroestafa de más de cuatro millones de euros.

El empresario compareció en la sede judicial tapándose la boca con una mascarilla sanitaria, muy delgado y el cabello canoso. Ha cambiado radicalmente de aspecto. "Parece otra persona, no le hubiera reconocido por la calle", aseguró uno de los afectados del fraude, que esperaba en los pasillos del edificio de Vía Alemania. García Roldán se sometió a operaciones de cirugía estética para cambiar su rostro cuando estaba huido. También se tiñó el cabello para evitar su identificación. Ayer parecía otra persona, muy distinta a las fotografías de años atrás en las que él aparecía en las redes sociales haciendo ostentación de todo tipo de lujos.

El cerebro del caso Lujo Casa se acogió a su derecho a guardar silencio ante la jueza instructora, el fiscal anticorrupción de Balears, Juan Carrau, y más de una decena de abogados. Su comparecencia duró apenas un cuarto de hora y luego regresó al calabozo.

La fiscalía solicitó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza por cinco delitos, la mayoría económicos, que le podrían acarrear una condena total de 23 años de cárcel. La acusación pública considera que existe riesgo de fuga, ya que ya huyó a mediados de 2018, y también hay riesgo de que oculte o destruya pruebas relevantes para la investigación.

El cabecilla de la trama, junto con otras siete personas, aparentaron dedicarse a la promoción, construcción y venta de viviendas a través de distintas sociedades. Las propiedades se ofertaban y anunciaban para atraer a los compradores, quienes normalmente pagaban el 10% del precio, unos 30.000 euros, como paga señal o reserva del inmueble. Los acusados simularon ser titulares de los solares en Palma, Pont d'Inca y otros puntos de la isla, así como de licencias, permisos de construcción, proyectos visados bajo la apariencia de contar con una trayectoria profesional consolidada y una gran experiencia en la promoción inmobiliaria.

Las viviendas que ofertaban nunca se hicieron realidad, nunca llegaron a construirse. Más de 150 clientes perdieron sus ahorros. Según la fiscalía, Carlos García Roldán y sus más estrechos colaboradores disfrutaron e hicieron desaparecer los fondos recibidos sin ejecutar las construcciones de los inmuebles que decían vender. El montante del fraude es superior a los cuatro millones de euros.

Además, en esta actividad, la trama presuntamente utilizó documentación falsa y mecanismos para ocultar el destino de los fondos recibidos sin que las víctimas pudieran recuperar el dinero.

La Guardia Civil culminó sus pesquisas del caso Lujo Casa, la macroestafa inmobiliaria, en el verano de 2018 al detener a diez personas. Los investigadores bloquearon un centenar de cuentas bancarias e inmovilizaron 38 propiedades. Los cabecillas del entramado lograron vender 17 promociones ficticias en la isla.

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