El juzgado de instrucción número 12 de Palma ha decidido sentar en el banquillo de los acusados a Bartolomé Cursach Hernández, hijo del empresario del ocio, que tendrá que defenderse de un delito de usurpación de identidad, ya que al parecer se hizo pasar por un testigo protegido del caso, para asegurar que había sido coaccionado por el juez Penalva y por el fiscal Subirán.

El testigo al que parece que suplantó, el empresario Bruno Da Silva, reclama para el hijo de Cursach una condena de tres años de prisión, pero también le pide una indemnización de 12.000 euros.

Este incidente ocurrió el día 7 de noviembre del año 2017. El hijo del empresario, según la acusación, se hizo pasar por el testigo y escribió en su nombre un comentario en un diario digital. Quiso dejar su opinión en una noticia que hablaba sobre la denuncia de un abogado a raíz del traslado de Cursach a una prisión de la Península. "Como testigo protegido que soy, he de admitir que también sufrí presiones del juez y fiscal para que me inventara acusaciones", rezaba el comentario que hizo, que firmó con el nombre de Bruno Da Silva.

La Policía rastreó la dirección electrónica desde la que se envió este comentario. La dirección estaba a nombre de una de las empresas del Grupo Cursach y el comentario se envió desde un domicilio de la calle Falguera, en Palma, donde vive el hijo del empresario. El denunciante mantiene que este comentario se realizó con la intención de atentar contra su fama y honor, y que se hizo para crear incertidumbre en el caso Cursach. Además, sostiene, el acusado trataba de infundir en la opinión pública la idea de que tanto el juez, como el fiscal eran unos corruptos por haber extorsionado y presionado a testigos para declarar en contra de Bartolomé Cursach.