El coronavirus ha dejado ya doce muertos en Italia y 374 contagiados, un hecho que ha llevado a que multitud de personas, muchas de ellas mallorquinas, hayan tomado la decisión de no viajar al país transalpino. Es el caso de Angelina Pérez Sánchez, una llosetina de 28 años a la que los hechos acaecidos en los últimos días en Italia le han hecho preferir quedarse en casa. Esta joven, profesora de inglés en el IES Inca, aprovechando el puente escolar que tiene lugar desde hoy hasta el próximo lunes, tenía previsto visitar Italia junto a su pareja. Habrían partido ayer, día 26, rumbo a Milán, para después viajar en tren hasta Florencia, pero sus planes se han visto truncados.

"Yo no había pensado en el coronavirus hasta ahora, casi no había leído ni visto nada sobre ello", explica, "pero el viernes nos llamó la madre de Marc -con quien iba a irse de viaje- y nos empezó a contar todo lo que estaba pasando allí, aunque nos lo tomamos un poco a risa", confiesa. Aunque la profesora no quiso darle importancia, empezó a informarse y sobre todo a consultar a familiares y amigos. "En principio todo el mundo me decía que no pasaría nada por hacer el viaje".

Sin embargo, el elevado número de contagiados, la notable cifra de fallecidos anunciada el pasado fin de semana, y sobre todo el testimonio de un familiar, hicieron saltar las alarmas de Angelina Pérez. "Una prima que estudia en Milán nos dijo: 'Yo de vosotros no vendría'. Nos contó que les habían cancelado las clases y que amigos suyos mallorquines que se encuentran allí de Erasmus se estaban volviendo a la isla", explica. "Fue entonces cuando nos empezamos a comer la cabeza", asegura.

A pesar de todo, no fue hasta el lunes cuando esta joven de Lloseta lo tuvo claro. "Mi madre habló con un representante de telas que había pasado unos días en Milán y me dijo que le había contado que en el aeropuerto de la ciudad le habían tomado la temperatura y que el último día de su viaje se enteró de que se estaban planteando suspender autobuses y trenes. Ahí ya nos asustamos y decidimos cancelarlo, relata.

El viaje que Angelina tenía preparado desde diciembre a Milán y Florencia, con hoteles, trenes y vuelos pagados, que le había supuesto un desembolso de más de 300 euros, ya no iba a tener lugar. "El problema no es que te vayas a morir, soy consciente de que eso ocurre cuando tienes una salud delicada, el problema es si te contagias y te tienes que quedar allí aislada, además de todas las dificultades que podría haberme encontrado", señala.

Se refiere con ello al desabastecimiento de productos en supermercados, al cierre de teatros, cines, universidades, escuelas, e incluso de la catedral de Milán, que se están produciendo estos últimos días en Italia. Este tipo de decisiones tomadas por el Gobierno italiano son las que realmente preocuparon a esta mallorquina. "Asusta que todo se esté poniendo patas arriba, eso crea una gran incertidumbre que me hizo pensar qué pasaría si estoy allí, empeora la situación y no puedo volver", señala con preocupación.

Angelina no es la única en la isla que ha decidido no viajar a Italia este puente, ya que como ella misma asegura, varios amigos y compañeros suyos que iban a ir de visita a Milán e incluso a la península, han decidido quedarse en casa.

Viaje de estudios en pie

Como profesora de instituto, señala que ni los alumnos ni los padres parecen alarmados por la situación que está creando la existencia del coronavirus. De hecho señala que el viaje de fin de curso a Barcelona que tiene previsto realizar con sus alumnos del 20 al 25 de abril sigue en pie.

Las vacaciones de Semana Santa están cerca, incluso las de verano, pero esta joven no se plantea volver a perderse un viaje, "en parte pienso que hay mucha psicosis, que no puede ser tan grave", concluye.

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