El fiscal anticorrupción Juan Carrau ha defendido la actuación del ya exmagistrado Miguel Florit en el llamado caso Móviles, por la requisa de los dispositivos de los periodistas Francisco Mestre de Diario de Mallorca y Blanca Pou de Europa Press. Según ha justificado Carrau, la policía defendió su solicitud en que "no sólo es el informe, sino que se han filtrado muchas cosas y durante mucho tiempo"."Era un delito continuado de revelación de secretos", ha valorado el fiscal anticorrupción. Ante ello, según ha explicado el fiscal, la policía propuso "un búsqueda selectiva" en los términales de los periodistas: "Me pareció razonable", ha pronunciado.

Según se ha pronunciado el fiscal Carrau en su testifical en el juicio del caso Móviles hoy en el Triunal Superior de Justicia (TSJB), acceder a los contactos de los dos periodistas para identificar a sus fuentes fue "la última vía"."Ya sabíamos que eran policías porque el documento que se reproduce sólo se había pasado en un chat de policías", ha relatado, señalando que los agentes que investigaban la supuesta revelación de secreto le comentaron que "era más fácil pedir el listado de estos dos terminales y hacer una búsqueda selectiva de los teléfonos de los funcionarios". "Y me pareció razonable", ha proseguido el fiscal, que ha asegurado que ese mismo día emitió su "informe favorable".

"La finalidad era obtener evidencias de la filtración de documentación", ha insistido el fiscal, señalando, por contra, que la requisa de móviles "era una situación de poca injerencia". Carrau ha puesto como otro ejemplo de actuación similar para investigar las filtraciones a la prensa las actuaciones llevadas a cabo en el caso Villarejo.

Preguntado varias veces por el abogado de la acusación de Diario de Mallorca, Nicolás González-Cuellar, Carrau ha asegurado no recordar si había hablado con Florit sobre la condición de periodistas de los afectados. "No lo tratamos", ha empezado diciendo, para acabar con un "no lo recuerdo". El fiscal anticorrupción ha defendido que la actuación le pareció "proporcional a la gravedad de los hechos y necesaria". También ha mantenido que le parecía "más lesivo pinchar los teléfonos a los funcionarios".