El Tribunal Superior de Justicia de Baleares acoge hoy el juicio del caso Móviles en el que el magistrado Miguel Florit se enfrenta a 42 años de inhabilitación por los presuntos delitos de prevaricación, contra la inviolabilidad del domicilio, contra el ejercicio del derecho al secreto profesional periodístico y por la interceptación ilegal de comunicaciones.

Jueces, abogados y representantes de las dos partes han accedido al TSJB desde minutos antes de la hora señalada para el inicio del juicio, a las 09:30 horas [vea aquí las imágenes]. Un dispositivo policial ligeramente reforzado y una presencia de periodistas más nutrida de lo habitual -hay un centenar de reporteros acreditados- daban idea de la relevancia del proceso que se sigue contra Florit, que se sienta en el banquillo por haber ordenado requisar los móviles de los periodistas Kiko Mestre, de Diario de Mallorca, y Blanca Pou, de Europa Press, en diciembre de 2018.

Ambos reporteros cubrían la instrucción del caso Cursach y el magistrado, ahora jubilado, quería saber qué funcionarios públicos podían haber facilitado a la prensa información sobre la macrocausa de corrupción en torno al empresario de la noche.

Carlos Gómez ha sido el primero de los tres magistrados que forman el tribunal que juzgará a Florit en llegar. Lo ha hecho en bicicleta, como es su costumbre, y protegido con un casco. Minutos después han accedido al palacio de justicia los jueces Antoni Terrasa y Pedro Barceló.

A continuación han llegado al edificio de Can Berga, el fiscal Juan Carrau, que declarará como testigo, y José Zaforteza, abogado de Florit. Ambos han llegado por separado y cuando faltaban pocos minutos para las 09:00 horas.

Justo a esa hora ha accedido a la Audiencia Pou, acompañada por sus abogados. Minutos después lo ha hecho Mestre, también escoltado por su letrado Nicolás González-Cuéllar, y la directora general de Gabinete de Presidencia de Prensa Ibérica, Irene Lanzaco, además de por la directora de Diario de Mallorca, Maria Ferrer, y la subdirectora del rotativo, Marisa Goñi.

Un minuto después hacía acto de presencia el propio Florit acompañado por un veterano juez del Registro Mercantil. Por pocos segundos no ha coincidido en la puerta de la Audiencia con el fiscal superior de Balears, Bartomeu Barceló, que pide la absolución del exmagistrado al no apreciar delito en su conducta.

Poco antes de entrar en la sala Florit ha apurado un cigarrillo en compañía de la decana del juzgado de Palma, Sonia Vidal, y de los fiscales Jaime Guasp y Lola Marcos.