"No te piden morir por dolor físico, lo hacen por desesperanza vital", sostiene Catalina Rosselló, presidenta de la Societat Balear de Cures Pal·liatives ((IllesPal) y una de los dos médicos de familia que, formados en estas atenciones terminales, atiende la unidad específica del hospital Joan March.

Una unidad que dispone de 19 camas repartidas entre quince habitaciones individuales y dos dobles en el centro sociosanitario de Bunyola. "Para el dolor físico hay otras opciones", continúa, "lo peor es el sufrimiento existencial, ideológico", diferencia esta profesional dedicada a los cuidados paliativos durante más de tres lustros que lamenta que, pese a que la población cada vez vive más y llega al final de su vida precisando este tipo de asistencias, en este país se siga sin reconocer la categoría de especialista en paliativos.

"Los más preocupados son las personas que no tienen un final cercano porque la mayoría saben que cuando les llegue el momento recibirán sedación paliativa y limitación terapéutica", explica la especialista recordando la experiencia que tuvo con una paciente con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una terrible y progresiva enfermedad que no sabes por dónde va a evolucionar ni qué nuevo sufrimiento te deparará.

"Me pidió que la ayudara a morir. Cuando le expliqué que legalmente no podía hacerlo pero que cuando llegara el dolor y el final estaríamos allí, me espetó que ella estaba en un punto y que yo le ofrecía soluciones finales dejándole desamparada en el trayecto hacia ellas. Solo me dejas el camino del suicidio porque no tengo ninguna otra salida, me dijo", recuerda aún Rosselló la experiencia.

Inevitabilidad de la muerte

Pese a que les separa una tenue y en ocasiones indiscernible línea, la especialista intenta explicar qué diferencia a los cuidados paliativos de la eutanasia, una regulación que subraya que ya toca hacer. "Los cuidados paliativos y la eutanasia están muy lejos uno del otro. El motivo de los primeros es acompañar a la persona en el final de la vida, ayudarle a aceptar la inevitabilidad de la muerte desde sus valores prestándole una asistencia integral desde el sistema sanitario. Por el contrario, con la eutanasia el objetivo es llevar a cabo una estrategia de final de vida decidida conscientemente por una persona en concreto", diferencia Rosselló que, como su compañero Joan Santamaría, del General, subraya que antes de implementar la eutanasia hay que garantizar el acceso universal a los cuidados paliativos.