Pepa Horno Goicoechea (Zaragoza, 1973) acumula veinte años de experiencia en la coordinación de campañas especialmente de maltrato en el hogar y explotación sexual infantil. Ayer participó en la jornada Hacia un Modelo Pedagógico de Atención Temprana de les Illes Balears.
P ¿Cómo ha mejorado la erradicación del maltrato y explotación infantil?
R Lo más importante es la sensibilización social. Cuando empecé la gente no se lo creía, pensaba que solo sucedía en determinadas clases sociales. Sin eso no existe ni voluntad política ni recursos. Y la formación de los profesionales. Nos queda mucho, en los currículums universitarios todavía no se incluye el maltrato infantil. Medicina, psicología, trabajo social, derecho... Lo que ha mejorado muchísimo es la formación de los profesionales en activo. En derecho no se concibe que van a trabajar con niños, y sin embargo abogados, fiscales y jueces van a ver esos casos con menores.
P Sobre los casos de explotación de menores en el IMAS...
R Considero fundamental que salga en los medios, pero también está habiendo una utilización grande. Es un error decir que todos los niños y niñas son víctimas porque van al colegio y les dicen sus amigos: ¿'A ti te violan?' La mayoría vienen de circunstancias espeluznantes y lo tienen muy complicado. Se está haciendo un trabajo impresionante y se les da una oportunidad de vida. La mayoría salen convertidos en chavales que tienen capacidad y recursos para integrarse. Eso no significa negar la realidad. Si quiero formar una red de explotación, lo voy a hacer con los más vulnerables. No se da solo en Mallorca.
P ¿Ocurre en más lugares?
R Hay un informe de Unicef, se publicó hace dos años. De siete comunidades autónomas en cinco se encontraron casos.
P ¿Qué está fallando?
R Todo el mundo. Me descubro ante los equipos que hay en los centros de protección. Técnicos del IMAS que llevan no sé cuántos casos, a cada cuál peor que el otro y lo hacen lo mejor que pueden, que a veces es mal. Una Fiscalía de Menores que intenta investigar no sé cuántas denuncias, equipos policiales que hacen un trabajo espectacular y se pasan horas viendo imágenes de horror de pornografía infantil para localizar a los niños. Desde fuera es fácil enjuiciar.
P ¿Es cuestión de medios?
R Entre otras cosas. Estamos luchando contra delincuencia organizada y nadie habla de lo que hay que hablar, los clientes. Quiénes son los que pagan para abusar de estos niños, los que van a las fiestas y las organizan. Son tus vecinos y los míos. Se habla como si solo las niñas sufren abusos. Y los chicos están siendo tan abusados o más. Se dice que son los captadores, mentira. Una vez que has sido abusado, te amenazan y te engañan y hacen muchas cosas contigo que te pueden convertir en captador. El foco no son ellos, si no los que pagan.
P ¿Qué le parece que haya llegado el tema al Congreso?
R Todos han gobernado, no es de hoy. Hay dolores que jamás deberían ser arma política.
P ¿Estarían mejor con familias de acogida?
R El entorno óptimo es la familia. El sistema la prioriza. Es una de las mejoras, hace diez años no se conseguía. Ya hay comunidades que tienen más niños en familias que en centros.
P ¿Cómo podemos priorizar el acogimiento familiar?
R Hablando en positivo. Te hace mejor persona, conocer a estos chicos saca de ti cosas que no puedes imaginar.
P ¿Qué secuelas quedan en los menores?
R Problemas de sueño, de alimentación, de integración, escolares, para volver a confiar en la gente, hacer amigos, tener pareja de adultos. Una vivencia de trauma es terror del que no tienes escapatoria. Te daña hasta el cerebro. Tienen grados de discapacidad producidos por el terror. Si te llevan a un lugar seguro vas recuperando todas las funciones y es maravilloso verlo. Hay que crear equipos que sean capaces de abrazar y de sostener emocionalmente. Hay que revisar todo con calma y hacerlo sin que se convierta en un arma arrojadiza.
