Balears registró 71 suicidios en 2018, un 31% menos que un año antes. Es decir, un suicidio cada cinco días con una prevalencia muy superior entre los hombres (tres de cada cuatro). Son cifras presentadas ayer en Palma por el Observatorio del Suicidio en España durante la primera de las dos jornadas de trabajo que celebra el IB-Salut para empezar a redactar el primer Plan de Prevención, Actuación y Manejo de la Conducta Suicida de Balears.

Estos datos ponen al archipiélago por debajo de la media estatal en número de suicidios, pero preocupa la incidencia del suicidio entre la población joven. "Observamos con preocupación que en 2018 hubo doce suicidios en una franja de edad, entre los 15 y 29 años, en la que no son habituales cifras tan altas", expuso Andoni Anseán, presidente del Observatorio del Suicidio en España.

En todo caso la franja de edad más problemática fue entre los 40 y 49 años, que registró diecisiete suicidios (quince hombres y dos mujeres).

Antes de 2018 el punto negro de la estadística en Balears se centraba en las mujeres, colectivo que según estos últimos datos ha experimentado un notable descenso en el número de casos. Anseán valoró con "sorpresa" la disminución de un 46,9% de suicidios entre las mujeres de las islas de un año para otro porque la tendencia indicaba un incremento o, en el mejor de los casos, una estabilización. Las muertes en el caso de los hombres disminuyeron un 24%.

El método más utilizado en el archipiélago para quitarse la vida en 2018 fue el ahorcamiento, vía a la que recurrieron casi la mitad de los casos (48%). Le siguieron saltar desde un lugar elevado (24%), envenenamiento (12%) y uso de armas, material explosivo o vapor (4%). El envenenamiento por gases y productos químicos fue más usado por las mujeres que por los hombres (17% frente al 9%), mientras que las armas de fuego fueron más utilizadas por los hombres (5,6% frente al 0,0%).

Balears es la 13ª comunidad autónoma en número de suicidios en relación con el resto del Estado. Los 71 casos registrados en 2018 están lejos de los 653 contabilizados en Andalucía y los 522 de Cataluña. Ceuta y Melilla cierran esta clasificación con un caso en cada una de las ciudades autónomas.

El plan autonómico de prevención del suicidio reunió ayer en la sede del IB-Salut a una cincuentena de profesionales, distribuidos en cuatro grupos: uno de salud mental y atención primaria, uno de comunitario, uno de emergencias y uno de epidemiología. El objetivo es implicar a todos los agentes en la elaboración de este plan pionero en el archipiélago y que se desarrollará bajo la supervisión del Observatorio del Suicidio de Balears, una entidad nacida en 2017 y que coordina la psicóloga clínica Nicole Haber.