Andoni Anseán está en Palma para asesorar al Govern en dos jornadas de trabajo que servirán como punto de partida del Plan de Prevención, Actuación y Manejo de la Conducta Suicida de Balears.

P ¿En qué se traducirá su colaboración con el Govern?

R Voy a dar un asesoramiento técnico. Hacer un plan de estas características es complejo de articular porque participan entre 50 y 70 instituciones. Nosotros tenemos experiencia después de haber hecho los planes de prevención del suicidio en Galicia y en el País Vasco.

P En 2018 se registraron en Balears 71 casos de suicidio, un 30% menos que en 2017. ¿Qué nos dicen estas cifras?

R Nos dicen que algo pasó ese año, aunque no sabemos qué. Es llamativo el descenso del 46,9% de suicidios de mujeres, mientras que en el caso de los hombres bajó un 32,9%. Eso significa que se ha roto una tendencia al alza en el caso de las mujeres después de unos cuantos años registrando un aumento importante. De hecho, Balears era la segunda Comunidad Autónoma con la mayor tasa de suicidios de mujeres del Estado. Todavía tenemos mucho trabajo por hacer, pero ese descenso del 46% de un año para otro es sorprendente.

P ¿Hay alguna explicación para haber tenido una tasa tan alta de suicidios de mujeres?

R No. Nosotros habíamos detectado ese alza y nos preocupaba. Realizamos esa función de vigilancia en todas las provincias por si detectáramos alguna alerta epidemiológica. Y en Balears estábamos muy pendientes de lo que pudiera pasar en 2018 con el suicidio de mujeres.

P Esos 71 casos de 2018, ¿ponen a Balears por encima o por debajo de la media estatal?

R Por debajo. En España la media es de ocho muertes por suicidio por cada cien mil habitantes; en Balears son seis muertes.

P El número de tentativas es mucho mayor. En Balears se estima que se producen una veintena cada día.

R En realidad no sabemos con certeza cuántas hay, es muy difícil. Bastante es que acertemos con el número de suicidios teniendo en cuenta que hay accidentes de tráfico o intoxicaciones por medicamentos que parecen accidentales pero en realidad pueden ser suicidios.

P Hay diez suicidios al día en España. Cuesta creer que dada la magnitud de las cifras no haya todavía un plan de prevención a nivel de todo el Estado.

R Sí. Es el doble de víctimas que las que se producen en la carretera, diecisiete más que accidentes laborales y setenta veces más que las que de producen por violencia de género. Y hay políticas de prevención de riesgos laborales, campañas de tráfico y contra la violencia machista, pero las muertes por suicidio no quieren verse. Tenemos a un elefante en la habitación que no queremos acabar de ver porque hay otras prioridades. Ahora mismo se habla de la eutanasia y del suicidio asistido. Y está muy bien, pero hay que hacer muchas más cosas enfocadas en la prevención.

P Los casos de autolesiones en menores se han multiplicado. ¿Hay que empezar a hablar de suicidio en las aulas?

R Sí. Igual que se habla con normalidad de educación sexual, acoso escolar o maltrato, dentro de diez años hablaremos de ideación suicida con normalidad. Llegará un momento en el que las escuelas tendrán que ver a ese elefante e introducir una asignatura de gestión de emociones en el currículo escolar. A día de hoy eso solo existe en Canarias.

P La parte más dura del suicidio es para familiares y amigos, que afrontan el estigma social. ¿Por qué nos da vergüenza decir que alguien cercano se ha suicidado?

R Porque la salud mental siempre ha tenido una connotación peyorativa. Y más aún en casos de suicidio, cuando no deja de haber un reproche moral en la sociedad. De hecho, cuatro de cada diez familias mienten sobre la causa de la muerte.

P También queda un poso de culpabilidad por no haber captado las señales de alarma antes de un desenlace fatal. ¿Siempre hay señales?

R Siempre hay algún cambio más o menos manifiesto. Cada persona es diferente: unos hablan mucho, otros poco. Hace falta estar sensibilizado y preguntar, que es algo que no hacemos.

P Tiene que ser difícil preguntar a una persona si está pensando en matarse.

R Si preguntas te sorprendería la naturalidad con la que alguien en esa situación habla de la muerte. Incluso cuando hablas de este tema con chavales te puede sorprender cómo responden. Para ellos es positivo porque piensan que por fin hay alguien que les está preguntando por esto.

P ¿Son minoría quienes se suicidan fruto de una reflexión personal, sin que haya traumas o enfermedades de por medio?

R No se puede saber, habría que hacer una autopsia psicológica para analizar las posibles causas. Siempre se ha dicho que en un 90% de los suicidios hay una enfermedad mental, pero eso lo estamos poniendo cada vez más en duda. Hay trastornos que llevados al extremo pueden ser psiquiátricos, pero no siempre está clara la línea que separa un trastorno mental de lo que no lo es. Ese 90% que manejamos como mantra viene de estudios internacionales, pero no siempre está claro porque hay otros detonantes.