El mallorquín Joan Siquier Padilla ha logrado la octava mejor nota del examen MIR (Médico Interno Residente) de toda España.

Con una nota de 98,3247 y a la espera de los resultados definitivos, el joven ha quedado entre los diez primeros de entre los más de 15.000 aspirantes que se presentaron a esta maratoniana prueba de cuatro horas de duración el pasado 25 de enero.

Él falló 19 de las 175 preguntas planteadas y dejó una en blanco. "Por cómo me fue la preparación creía que me iba a ir bien y pensaba que podría elegir plaza, pero cuando me dijeron que estaba entre los diez primeros no me lo creída del todo", explica el joven, que elegirá cardiología y está estudiando seriamente hacerlo en Son Espases: "Lo estoy valorando, por lo bueno que he oído que es el servicio de Cardiología allí y porque me gustaría volver a Mallorca".

Aún le quedan dos meses para decidirse, durante los que quiere hacer "una ruta" para ir a conocer a los médicos y los hospitales que más le interesan. El día 16 de abril será cuando tenga que ir a Madrid ya a elegir especialidad y hospital.

A partir de los 14 años fue cuando empezó a tener ganas de hacer Medicina, no sabe "qué le picó". Sacó muy buena nota en Selectividad (ya quedó en el top 5 de las mejoras notas de las islas) y así no sólo se garantizó entrar en Medicina sino también, como ha sucedido ahora, elegir dónde (la Universitat de Barcelona).

Comenzó a prepararse durante el último curso de Medicina. Entre junio de 2019 y el pasado enero, ya se centró de forma intensiva estudiando de lunes a sábado nueve horas y media cada día (según se acercaba el examen fue aumentando y llegó hasta las once horas diarias). ¿Algún consejo? Fiarse de las academias y seguir sus indicaciones "a rajatabla" (lo que incluye también "respetar los tiempos de descanso y buscarse cosas para desconectar").

Su idea era controlar "lo que pudiera controlar" y para eso no hay otra que "poner codos". Los nervios, la ansiedad o incluso la enfermedad ("había gente con gripe haciendo el examen") no es algo que pudiera controlar, así que se centró en estudiar todo lo posible, ya que eso sí estaba en su mano.

Esa actitud y entrega total, más un último simulacro que hizo en la misma sala donde luego tuvo lugar el examen y siguiendo el protocolo que se sigue, le ayudó a no ponerse tan nervioso el día señalado (que este año ha tenido una hora y 50 preguntas menos que en los ejercicios precedentes).

¿Es el MIR un buen sistema? A él no le convence del todo, pero admite que tampoco sabe cómo podría ser un modelo alternativo: "No hay un temario fijo, el temario es 'la medicina', te lo juegas todo a una sola carta el día del examen y solo evalúa los conocimientos teóricos: yo he sacado la octava mejor nota, pero ¿significa eso que soy el octavo mejor médico de los que nos presentábamos?", plantea para a continuación responderse: "No, el examen no mira nada a nivel práctico, no se evalúa ni la humanidad ni el trato con el paciente", indica.

El interés por la cardiología se le despertó en cuarto curso cuando hacía las prácticas en el Hospital Clínic de Barcelona y además de ver mucho campo para investigar y muchas ramas, lo que le interesó especialmente fue poder tener un un trato cercano con el paciente. ¿Serán esos pacientes los de Son Espases? Aún le queda tiempo para decidir.

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