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Opinión

La consellera oculta los abusos

La consellera oculta los abusos

Pablo Iglesias se aferra a la sonrisa inseparable de Marga Prohens, para practicarle una llave de judo que libre a la izquierda del cepo de la red de abusos sexuales a menores tutelados, pero no cuela. Las risas de la derecha no sofocan la mueca de desdén del progresismo, carcomido por el escándalo. Y después está la consellera menorquina Bárbara Torrent, de premio.

La policía, que no se ha distinguido por su celo en la persecución de la red, notificaba el viernes que dos de cuatro menores víctimas de una trama de abusos estaban tuteladas por el Consell de Menorca. Pero ahí surgió la cancerbera Torrent para negar esta evidencia. Es decir, para mentir con fondos públicos, según vienen haciendo los dos Consells, el Govern y el grupo de compinches que gestionan la mirada a otra parte mientras florece la prostitución de menores bajo protección.

Torrent se refugia en que "no soy jurista", como si la mentira fuera un privilegio de los indoctos en Derecho. Y para agravar su falsedad, emboza sus mentiras en la protección de las menores, a quienes utiliza como escudos humanos. La consellera no protege a las adolescentes, porque en tal caso hubiera evitado que abusaran de ellas. Tampoco se limita a ocultar los abusos, porque eso viene haciéndolo desde que accedió al cargo. En las actuales circunstancias, ha encubierto la existencia de la trama que capta a tutelados, y lo hace desde un cargo público y con sueldo público.

Pedir dimisiones es un deporte de periodistas ociosos, pero hasta en Balears supone una vergüenza la continuidad tanto de la mentirosa como de quien le ordenó que mintiera.

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