Los expertos consideran que la actividad sísmica en Mallorca debe considerarse baja, pero eso no significa que la isla haya quedado al margen de este tipo de movimientos tectónicos. El episodio más grave reciente ocurrió en 2003. Un terremoto con epicentro en Argelia, que alcanzó una intensidad de 6,7 en la escala de Richter, causó el pánico en Mallorca. Se notó especialmente en Palma y en los municipios de Inca, Manacor, Muro y Sóller.

No hubo víctimas, pero los daños materiales fueron cuantiosos. Más de una centenar de embarcaciones se vieron afectadas por la subida del nivel del mar en diferentes puertos de Baleares. Además, se inundaron zonas cercanas al mar.

En la secuencia histórica de terremotos en Mallorca, uno de los episodios más destructivos ocurrió el 15 de mayo de 1851, causando serios daños a la Catedral de Palma.

"En el bando del Gobernador se podían leer los desperfectos que había causado el terremoto en los edificios de Palma. Según este bando los edificios más afectados fueron la catedral, San Miguel, San Agustín, San Francisco y el colegio de Montesión. En San Francisco cayó la linterna del campanario atravesando una de las bóvedas de la iglesia, mientras que el claustro medieval se vio afectado por importantes grietas. Del castillo de la Almudaina, la torre del Ángel y el campanario de la capilla de Santa Ana quedaron gravemente afectados, amenazando ruina", explicó Bartomeu Bestard en un artículo publicado por este diario recordando aquellos hechos.

Las réplicas se prolongaron hasta agosto de 1852, 15 meses después del seísmo principal, según explica J. Giménez en un artículo publicado en 'Geogaceta', bajo el título 'Nuevos datos sobre la actividad post neógena en la isla de Mallorca'.

Este autor refiere también otros dos terremotos en época reciente: en 1925, localizado en el sudoeste de Mallorca y en 1978, en el sur de la isla.