Las instalaciones de placas solares en pequeñas y medianas empresas de la isla se han duplicado en un año. Cada vez hay más negocios que apuestan por este tipo de energía renovable en Mallorca, un territorio con un clima propicio que se caracteriza por los días de sol. Los paneles fotovoltaicos tienen un vida muy larga, un mantenimiento bajo, un rendimiento cada vez mayor y resultan una inversión muy interesante, según destacan los expertos. En 2019 se instalaron el doble de placas solares que en 2018 en la isla. Esto se debe, en parte, a que también se duplicaron las subvenciones que concede el Govern balear.
"Está aumentando la instalación de placas fotovoltaicas de manera notable, tanto en empresas como en particulares", destaca el director general de Energia i Canvi Climàtic del Govern, Aitor Urresti. "Las líneas de ayudas que tenemos son las de autoconsumo para particulares, asociaciones, pymes y comunidades de vecinos", señala Urresti. "Si cogemos los parámetros genéricos de cuál es el tamaño medio de la instalación vemos que no ha habido mucha variación. Los porcentajes se mantienen: un tercio particulares y dos tercios pymes", informa el director general. Al duplicarse las subvenciones, se han duplicado las instalaciones. Un particular solo puede pedir hasta tres kilovatios, mientras que una empresa hasta 50 kilovatios.
"La demanda ha crecido exponencialmente. Ha habido un gran aumento. Hay muchísima demanda", confirma David Gimeno, secretario técnico de la Asociación de Instaladores Empresarios de Balears ASINEM.
Una de las ventajas para las empresas y el sector de servicios es que este tipo de energía se acopla muy bien a la actividad empresarial. Normalmente, los negocios están abiertos y funcionan en las horas de sol, mientras que cierran por la noche. Así, pueden conseguir una parte muy importante de la energía con los paneles solares para ser consumida directamente en ese momento. "Para las empresas es una inversión muy interesante porque normalmente el horario laboral coincide con las horas de sol. Y aprovechas al máximo toda la energía que generas cuando más consumo tienes en esas horas de sol. Por tanto, ahorras más y antes vas a amortizar", sintetiza Gimeno.
Las empresas que han incorporado placas solares en estos últimos meses en la isla son muy diversas: desde talleres mecánicos a instaladores, pequeños hoteles, agroturismos, agencias de viajes, empresas del sector del automóvil, de alquiler de vehículos, de alimentación... "Son pequeñas y medianas empresas muy variadas. Estamos hablando de sistemas relativamente pequeños. El año pasado se instalaron en torno a 3.000 kilovatios de autoconsumo. En total, fueron 300 instalaciones tanto de particulares como de empresas", detalla el director general.
En 2019, hubo mil solicitudes de subvención y se aprobaron 300. "Está habiendo una respuesta muy buena", asegura Aitor Urresti. La demanda es tan alta que se han disparado las peticiones en este mes de enero. Las estimaciones apuntan a que en este primer mes del año ya se ha superado el millar de solicitudes llegando a las 1.500. Esto se debe a que mucha gente ya lo tenía preparado, ya tenía previsto pedir la subvención al Govern.
"La partida de este año es el doble que el año pasado. Nos gustaría aprobar 700 peticiones, dependiendo de los casos. Estaríamos hablando de 7.000 kilovatios para este año", aclara Urresti.
"En estos momentos hay más de mil instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo. Todo el mundo conoce a alguien que tiene una instalación de este estilo y ya sabe los ahorros que se producen tanto económicos como energéticos, ya conoce lo fácil que es el mantenimiento. Las energías renovables, el cambio climático, la transición energética está ya en la agenda tanto política como mediática", recalca el director general del Govern.
Tramitar la subvención
Tramitar la subvención no es complejo, puede hacerlo uno mismo de forma telemática a través de la página web de la dirección general de Energia i Canvi Climàtic, pero lo más habitual es que se encargue el instalador. De hecho, se necesita un instalador para que te haga un certificado.
Estas ayudas públicas cubren el 50% de la instalación, material y mano de obra en el caso de particulares y el 30% para pequeñas y medianas empresas. David Gimeno, de ASINEM, aclara que el Govern balear subvenciona sobre la inversión que ellos consideran a lo que está el precio de mercado. Por eso, en ocasiones, no es exacto el 30 o el 50% del importe que el cliente ha pagado.
Gimeno también hace hincapié en que es primordial asesorase con un instalador profesional. "No hay que olvidarse de que estamos hablando de una instalación eléctrica que genera electricidad, la misma electricidad que nos viene de la calle. Por tanto, implica una seguridad y hay que cumplir unos reglamentos, unas normativas de cómo ejecutar las instalaciones. Además, todas las instalaciones de autoconsumo que se realicen tienen que llevar el certificado de la Dirección General de Industria. Lo ideal es hacer antes un estudio con el consumo real o la potencia idónea. No hay que sobredimensionar la instalación. Por eso, lo mejor es un buen asesoramiento en un instalador autorizado y no solo en el tema económico, sino también en el tema de ejecución de la instalación", explica Gimeno. "También es importante la manera de colocar las placas si integradas en la cubierta o con una estructura fijada", añade el secretario técnico de ASINEM.
Una instalación fotovoltaica media de unos 25 kilovatios para una empresa puede costar entre 25.000 y 30.000 euros. La amortización depende del perfil de uso, apunta Urresti. "La amortización es más rápida para las empresas que para particulares. Puede estar amortizada la instalación en cinco o diez años", agrega el director general de Energia.
"No solo hay que mirar la amortización, sino el ahorro en electricidad al año. Puedes ahorrarte un 10%. No hay ningún producto en el mercado financiero que te vaya a rentar ese 10% anual", destaca David Gimeno, quien recuerda que la vida útil de los paneles solares son 25 años. "Esto no quiere decir que la instalación deja de funcionar a los 25 años. Sigue generando energía, pero puede perder rendimiento", concluye.
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