P ¿Hay desapariciones de primera y otras de segunda como las de los menores tuteladas de Mallorca?

R El tratamiento de personas desaparecidas por parte del ministerio del Interior empezó en 2009 con una instrucción ampliada en 2014 en la que establecía la clasificación de alto riesgo y de riesgo limitado con pautas para los cuerpos de seguridad. Vimos el sentimiento de las familias, con lo que apunta, que había desapariciones de primera y de segunda. Con la creación del Centro Nacional de Desaparecidos pasamos de instrucciones de entre 7 y 14 páginas a preparar un protocolo de actuación policial de 150 páginas casi. Y siguiendo estándares internacionales se cambió a desapariciones voluntarias, involuntarias y forzosas. Y cada una con indicadores de riesgo, de manera que ya no fuera blanco o negro.

P¿Han fallado los protocolos en Mallorca?

R Preferiría no pronunciarme porque la mayor información sobre el caso la tiene la Delegación del Gobierno en Balears. No se puede poner 24 horas de vigilancia a nadie, pero estamos intentando entre todos que haya cada vez menos desapariciones, por eso hay una labor preventiva muy importante y también que todas las administraciones y Cuerpos de Seguridad trabajemos con la mejor coordinación posible. Siempre va a haber cosas que desgraciadamente nos van a sorprender, tenemos que evitar que en el futuro nos vuelvan a sorprender.

P Se producen 20 fugas al mes en la isla.

R Una cifra muy importante son los menores que se fugan de los centros, hay una alta reincidencia y supone un trabajo especial para las Fuerzas de Seguridad. Son niños y hay que tratarles como tales. ¿Posibilidades de mejorar? Habrá que revisarlo en el ámbito global, no podemos ir poniendo parches.

P ¿Cuántas fugas se dan en los centros tutelados?

R A finales de 2018, de las 9.700 denuncias activas de menores, 5.000, más de la mitad, correspondían a menores de centros. Se puede hacer una idea del volumen y la importancia que le damos.

P Los policías se reían cuando se denunciaban esas fugas, señaló el exdefensor del Menor de Balears.

R Creo que no hay negligencia. El año pasado llevamos a cabo dos semanas de formación a los responsables policiales y todos saben la problemática de los niños, no les causa jolgorio saber que un niño está perdido fuera de la tutela de sus familiares o de los centros de menores. Debido a la urgencia los propios responsables de los centros pueden agilizar las denuncias por fax, en lugar de hacerlo en persona.

P ¿Lo de Mallorca también ocurre a nivel estatal?

R Las desapariciones a nivel de centros están pasando a nivel global. La segunda consecuencia [la prostitución] no la tenemos detectada en otras partes. Ha habido algún caso en Andalucía, donde se llegó a imputar al director del centro porque facilitaba que lo abandonaran, les compraba billetes para que se marcharan.

P ¿Considera que en la isla hay que revisar qué está pasando?

R En el momento que se produce una situación grave como la que hemos visto, por supuesto hay que revisar todo el funcionamiento del sistema, escuchando a todas la partes, sin tratar de poner un parche. Hay dos administraciones e introducir cambios no está en mis manos. Hemos visto que ha habido voluntarios que han estado alertando y que otra gente que a lo mejor lo conocía igual ha estado mirando a otro lado. Es una responsabilidad de todos como ciudadanos.

P Los casos de la menor Malen Ortiz y Ana Eva Guasch

R No hay que perder nunca la esperanza. También tenemos el caso de Alberto Encinas y su hija, ha tenido un feliz desenlace. Hay otros casos como el de Malen Ortiz; con su madre hemos mantenido el contacto. Ella y Alberto Encinas vinieron a las jornadas de formación a los agentes policiales para que dieran su testimonio. Hablo mucho con los familiares, les digo que no puedo asegurar que encontraremos a sus hijos pero que nunca va a cesar una investigación.

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