Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Libro 'Tumi Bestard'

Memoria de 45 años como cónsul de EEUU

El mallorquín recoge sus experiencias de su larga etapa como agente consular en un libro a beneficio de la Asociación de San Junípero Serra de Petra

A Tumi Bestard (Palma, 1935) se le puede aplicar sin matices la frase hecha de que no necesita presentación. Sobrino nieto de Maura y alumno de Montesión fundó una de las primeras inmobiliarias y la primera hamburguesería de la isla. Trabajó en el Banco de Crédito Balear pero, sobre todo, ejerció como agente consular de Estados Unidos en Balears 45 años, desde 1962 a 2007.

Durante estos años la intensa actividad de la Sexta Flota en el Mediterráneo convirtió la bahía de Palma en uno de los destinos de buques estadounidenses, lo que hizo que Bestard mantuviera una estrecha relación con los Marines Corps. Su cargo le permitió conocer a miembros de las casas reales europeas, dirigentes políticos y destacados representantes de la sociedad. Los recuerdos de todos estos encuentros son casi tan numerosos como las miles de fotografías que guarda y que en parte recoge en 'Tumi Bestard. Memorias de un viejo cónsul', escrito por su hijo Bartomeu Bestard Cladera, quien ha dado forma a las vivencias de su padre.

El libro se presentará oficialmente el próximo día 12 a las 7 de la tarde en el Palas Atenea y está previsto que lo presente Jim Jones, uno de los mejores amigos de Bestard, quien fue comandante supremo de la OTAN y consejero de Seguridad Nacional durante el mandato del presidente Barack Obama. "No lo he hecho por dinero, no quiero tocar ni un euro de esto", deja claro Bestard quien precisa que el libro no se pondrá a la venta, sino que se dará a quien done 15 euros a la Asociación de san Junípero Serra de Petra.

"Come to me"

Bestard veía de joven a los buques de la Sexta Flota a los que se acercaba con un pequeño bote de remos. "¡Eran de América, el continente de la modernidad, de los grandes rascacielos y de las películas que veía en el cine Moderno!", afirma en el libro explicando su fascinación por las embarcaciones estadounidenses. Su padre, según explica a DIARIO de MALLORCA, fue el encargado de que dominara el inglés. También de su apodo 'Tumi', que le pusieron sus hermanos porque, cuando aprendía a dar sus primeros pasos, su padre le decía: "Come to me". En 1962 contactó con un grupo de empresarios estadounidenses liderados por el abogado Roy Cohn, con quien, además de la relación profesional, estableció una sólida amistad que desembocaría en una colaboración con el Consulado General de los EE.UU en Barcelona hasta ser nombrado agente consular en Balears.

Cohn fue consejero de la máxima confianza de Donald Trump, quien se refería al abogado como "mi mentor". A pesar de la relación de su amigo con el actual presidente de los Estados Unidos, Bestard no oculta que Trump no es de su agrado. "Me decepcionó que fuera elegido presidente, no lo esperaba. Yo confiaba en que ganara Hillary Clinton", admite en su conversación con este periódico.

En sus 45 años como agente consular ha conocido personalmente a cuatro presidentes estadounidenses: Carter, Obama, Bush y Clinton. Con Nixon no llegó a coincidir en persona, pero sí hablaron por teléfono, cuando el hermano del entonces presidente visitó Mallorca. "Cuida de mi hermano", fue el mensaje que recibió de quien tiempo después, en 1974, caería por el escándalo Watergate. Cuida sus palabras al referirse a todos ellos, destacando lo positivo. A Carter lo define como "muy buena persona, un poco sentimental" y a Bush, padre, como "agradable". En cambio, sobre Obama destaca que era "educado, pero me pareció muy seco".

"Agradable" es también el término que aplica a Clinton, el unico a que conoció siendo aún presidente. "Cuando Clinton visitó Mallorca por tercera vez ya no era presidente, pero nos vimos y me contó que el gato Socks ya no vivía con ellos porque tenían un perro y no era posible, pero iba a verlo cada quince días, a pesar de estar a 60 millas de distancia. Le dije que solo por eso ya me había ganado", recuerda Bestard. El gato de los Clinton protagoniza en parte una de las anécdotas que relata en el libro. Tras la primera visita de la pareja presidencial a Mallorca en 1997, Hillary Clinton le invitó a comer en la Casa Blanca y durante la conversación le insistió en que no debía irse sin conocer "las oficinas de Socks", su gato. "Se trataba de una oficina con cinco ordenadores y dos hombres escribiendo, porque el gato recibía de 3.00 a 4.000 cartas diarias y contestaban a todas", explica Bestard.

El libro repasa estos encuentros y sus experiencias con el Rey Saud, los hermanos de Kennedy o la desagradable estancia en Mallorca de la actriz Zsa Zsa Gabor, entre otras. A la hija de Lyndon B. Johnson, Linda Johnson, quien quería ver algo diferente, la llevó en un 600 por el barrio chino de Palma en 1966. Años después, con Clinton fue menos atrevido y le propuso ir a tomar algo a Can Joan de S'Aigo, explicándole que era un lugar muy tradicional que se remontaba a 1700. "¿No hay un sitio un poco mas moderno?", sugirió el presidente. Acabaron en la terraza del Capuchino.

La mayor parte de las anécdotas que se detallan en el libro son divertidas, aunque admite que en estos 45 años también ha padecido momentos tensos, incluidas amenazas de muerte. En una ocasión un coche golpeó su automóvil sacándole de la carretera. En 2001, en la época de los atentados con ántrax, le enviaron un sobre al Consulado que contenía polvo blanco. Tras analizarlo se constató que era una broma de mal gusto.

Sin embargo, a pesar de algunos sinsabores y momentos tensos, como el traslado de papeles clasificados desde Mallorca a Madrid en 1968, afirma que ha sido "afortunado". Entre las personas que ha conocido y que le han permitido resumir su vida con este adjetivo destaca la amistad de años con Bruno Kreisky.

Cuando se jubiló el 4 de julio de 2007, la secretaría de Estado de EEUU le galardonó por la trayectoria más larga del mundo como agente consular de EEUU. "Ha hecho una contribución histórica a las relaciones entre Baleares y Estados Unidos", afirmó el entonces embajador de EEUU, Eduardo Aguirre, en el homenaje que recibió. "Ese día, con sus palabras, me emocioné", admite sobre su adiós a 45 años como agente consular.

Compartir el artículo

stats