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Entrevista: José Luis García

"Despedir a los mayores de 45 años debe ser más caro"

"Los empresarios de Balears a veces se ganan su mala fama a pulso" - "La marcha del turismo de excesos va a ser positiva para las islas"

P ¿Recuperar la indemnización por despido improcedente de 45 días por año trabajado y un límite de 42 meses es ya una misión imposible, incluso con Unidad Podemos en el Ministerio de Trabajo?

R Imposible no hay nada. La negociación para derogar la reforma laboral la planteamos por fases. En una primera se abordan los aspectos más lesivos, como el despido por acumulación de bajas, la supresión de la ultraactividad de los convenios, la prevalencia del convenio de empresa sobre el sectorial y la subcontratación, cuya derogación debe de ser inmediata para reequilibrar las relaciones laborales, y a partir de ahí entrar en una segunda fase donde empecemos a hablar de contratación, de despidos, etcétera.

P ¿Por la vía del pacto con la patronal?

R Nuestra intención es que lo sea. Es mejor que sea con los empresarios, como ha sucedido con la subida del salario mínimo, pero si no es posible, por decreto ley. Lo que sucede ahora, a diferencia del Gobierno del PP, es que se apuesta por el diálogo.

P Se habla de un nuevo Estatuto de los Trabajadores para el siglo XXI. ¿Qué deberíamos incorporar en él?

R Debe de regular las situaciones del mercado de trabajo que son nuevas. Ha cambiado la sociedad, sus formas de consumo, sus formas de producir, y también el mercado laboral, con la introducción de nuevas tecnologías. Ha aparecido una economía de plataformas que ahora se regula por la vía de las sentencias judiciales, como Deliveroo y el mundo de los 'riders', que hay que abordar, porque lo que hacen estas empresas es sacar a los empleados del derecho del trabajo y los convierten en falsos autónomos. Lo ideal es regular estas relaciones y no depender de los juzgados. Hay que tratar también las empresas en red, con actividades externalizadas. Pero para esto hemos de tomarnos nuestro tiempo, porque son cambios de mucho calado.

P Muchos jóvenes tienen contratos muy precarios y bajos salarios. Y muchos mayores de 50 años se ven expulsados del mercado laboral porque hay empresas que prefieren empleados de menor edad y más baratos. ¿Es un reflejo real del actual mercado laboral?

R Es un diagnóstico correcto, y de hecho las políticas activas de empleo las focalizamos en estos dos grupos En el caso de los jóvenes, apostamos mucho por la formación profesional dual, y en este sentido estamos trabajando intensamente con el Govern. Para los jóvenes, el que parte de la formación sea en la empresa hace que las tasas de inserción sean mucho más elevadas. Salen ganando todos. Y habría que buscar fórmulas similares para la gente mayor, en las que se combine el reciclaje profesional con su presencia en las empresas.

P ¿No sería también conveniente elevar la indemnización en el despido de los mayores de 45 años para frenar su expulsión del mercado laboral?

R Sí, sería conveniente encarecerlo. Precisamente este es uno de los aspectos que pretendemos atajar de la reforma laboral, que hacen que la expulsión del mercado de trabajo sea muy fácil, tanto en la parte administrativa como en la indemnización. Pero hemos de plantear también fórmulas de reinserción de los que ya están fuera. Lo hemos hecho en el ámbito de las Administraciones públicas, que hacen contrataciones por seis meses, pero hemos de llevarlo también al ámbito privado. No somos partidarios de la bonificación de la contratación, pero en este tema no hemos de ser dogmáticos, y en casos de riesgo de exclusión tendremos que ser menos rigurosos. La crisis ha pasado una factura muy grande, sobre todo en el colectivo de los mayores. Se debe encarecer el despido, pero ésta no debería de ser la opción. El despido no debería de ser la fórmula para abaratar costes, sino buscar otras vías pactadas.

P ¿La subida del salario mínimo interprofesional está provocando destrucción de puestos de trabajo?

R La realidad de los datos indica que con la subida del 22% del salario mínimo hemos cerrado el pasado año con menos parados y más gente con empleo en Balears. Ese discurso apocalíptico de la derecha se ha caído por su propio peso. Y recuerdo que la subida para este año ha sido pactada con la CEOE, lo que ratifica la anterior. Nos dicen que está afectando al sector agrario, que está pasando por dificultades, pero los culpables están en las grandes cadenas de distribución y en las multinacionales que les están bajando los precios a base de atornillarlos cada vez más. En el caso de Balears, donde hay convenios fruto de la negociación colectiva, los salarios están siempre por encima de ese mínimo.

P El conseller de Trabajo, Iago Negueruela

R La desestacionalización es la clave. Hace treinta años que lo decimos, pero ahora ya se hace imprescindible. Las inversiones que se han hecho en la planta hotelera van encaminadas hacia otro tipo de turismo y otro segmento que no es el de julio y agosto, lo que es positivo. Pero hay 60.000 desempleados, hemos cerrado el año con casi un 10% de tasa de paro, y en pleno verano estamos en torno al 7%. Hemos de plantearnos cambios estructurales. Lo que no podemos es seguir en el mismo modelo, porque nos deja en el mismo sitio, solo que un poco peor año tras año porque desde 1985 estamos perdiendo riqueza per capita. Esto no da más de sí. No podemos pretender tener niveles de ocupación todo el año como en julio y agosto, porque no hay territorio que lo resista. Hemos de dejar de pensar en el 'más' y pasar a buscar indicadores como el 'mejor'. Hemos de tener actividad los 365 días, pero también el turismo se debe de diversificar e impulsar inversiones en otros sectores. El turismo puede actuar como tractor de otras ramas, como la industrial, y sobre todo la del conocimiento. Y debemos de huir de la mentalidad del asalariado trabajando a destajo durante la temporada alta.

P Las campañas especiales de inspección detectan un volumen de fraude altísimo en la contratación temporal.

R Se está utilizando el contrato temporal como el de referencia, y no debe de ser así, sino que debe estar sujeto a unas causas. El contrato de referencia debe ser el indefinido. Pero al empresario ya le va bien así, y es una preocupación que se va extendiendo al conjunto de España.

P ¿El control de jornada se está haciendo de forma correcta?

R Está costando mucho y ha habido mucha resistencia para implantarlo, pero donde hay representación sindical y se pacta, no hay mayor problema.

P A ello hay que sumar la vigilancia de la Inspección de Trabajo.

R En un mercado como el nuestro, es fundamental. Debe de ser una Inspección con recursos y con mucha determinación para revertir los elementos de precariedad con sanciones.

P Teletrabajo, flexibilidad de horarios... ¿Son avances o existe riesgo de fraude en torno a estas modalidades?

R Hay que ir con cuidado. Cosas que se implantan con toda la buena fe pueden terminar pervirtiéndose, y hay mucho espabilado que utiliza estas nuevas formas de trabajo para el fraude. Hay que regularlo. Lo tenemos pactado en muchas grandes empresas, pero con control y determinadas garantías, porque el teletrabajo no debe de ser el que tengas que hacerlo las 24 horas o que el trabajador sea el responsable de poner herramientas como el ordenador.

P Algunos pretenden que el empleado este localizable las 24 horas del día a través de su móvil.

R Ya hay sentencias a favor del derecho a la desconexión digital. Pero debemos regular todo esto y no dejarlo en manos de los Tribunales.

P ¿Qué sectores empresariales de Balears registran los mayores niveles de irregularidades laborales?

R Al ser una economía de servicios turísticos, se dan en actividades como la restauración o el ocio nocturno. El problema es que pretenden que aunque se sea asalariado, se deba trabajar a destajo y con tres meses a rendimiento total, con los efectos que eso tiene luego sobre la salud de las plantillas.

P A las camareras de piso se les reconocen ya enfermedades profesionales, pero la medición de sus cargas de trabajo sigue pendiente.

R Hay resistencias por parte de los hoteleros. Es fundamental poder medir las cargas de trabajo, pero hay resistencia a la hora de fijar una herramienta para hacerlo. Seguro que se va a conseguir, pero la velocidad de implantación se está ralentizando. Los empresarios de aquí se lo deberían de hacer mirar, porque no ayudan a su imagen, cuando no hacen más que quejarse de su mala fama, que a veces se ganan a pulso. Lo interpretan como que los trabajadores queremos fiscalizar a la empresa, todo en negativo. Pero hay que apostar por la calidad y la profesionalización de las plantillas.

P ¿A ustedes no les preocupa que se pueda marchar de Balears el turismo de excesos?

R No. Al contrario, creemos que su marcha va a repercutir en positivo y va a mejorar nuestra imagen como destino.

P Balears ha registrado subidas salariales en sectores como la hostelería y el comercio muy superiores a la media española. ¿Cómo se ha obrado el milagro?

R Ha sido un referente en España. Los sindicatos supimos leer muy bien el momento. En el convenio anterior, paramos las externalizaciones en plena crisis a cambio de subidas salariales muy pequeñas, de un 1,25% durante cuatro años. Pero antes de que caducara ese convenio lanzamos el mensaje de que hacía falta una fuerte subida de las retribuciones para que los hoteleros mejoraran su imagen, porque estábamos en temporadas de récord.

P ¿El sistema público de pensiones es sostenible?

R Lo es. Hacen falta reformas en el capítulo de ingresos, y para eso hay que subir salarios, una reforma fiscal y definir cuánto queremos gastarnos en pensiones. Nadie cuestiona lo que destinamos a un sistema educativo gratuito y a una sanidad universal ni si son viables. El sistema de pensiones no debe de plantearse solo en términos económicos y hemos de hacerlo sostenible.

P ¿Para fijar la futura pensión de jubilación sería bueno ampliar los años de cálculo pero contabilizando solo los mejores?

R Podría ser la fórmula más adecuada y justa. Tener en cuenta toda la vida laboral pero contabilizar solo los 20 mejores años. Porque los trabajadores que han sufrido situaciones de desempleo no las han buscado, sino que en la mayoría de los casos han sufrido una circunstancia de país o empresarial.

P ¿Era necesario jubilarse a los 67 años en lugar de a los 65 o es solo que los españoles no defendieron ese derecho como han hecho los franceses?

R Yo creo que no era necesario. El problema fue el contexto en el que se plantearon estas reformas. Si no se hubiera pactado en 2011, creo que los ajustes hubieran sido más drásticos posteriormente. De todas formas, la edad real en la que se está jubilando la gente es en torno a los 63. Lo que decimos es que se debe de ajustar la edad administrativa a la real, lo que nos podría acercar otra vez a los 64 o 65. Pero será muy complicado revertir la edad de 67 años.

P El Gobierno central en manos de PSOE y Unidas Podemos, y el balear igual con la suma de Més. ¿Nunca lo habían tenido tan fácil los sindicatos?

R O tan difícil (ríe). Debemos de ser sensatos para no generar expectativas excesivas. Lo que cuenta es que seamos capaces de derogar la Ley Montoro para que los Ayuntamientos no sufran penurias y puedan mejorar sus servicios a los ciudadanos, y mejorar la financiación balear para que el Govern pueda invertir en el cambio de modelo económico.

P ¿Cuál es el estado de salud de los sindicatos?

R No es malo, pero sí mejorable. Hubo una campaña de desprestigio brutal durante la crisis, pero estamos demostrando que somos útiles, como lo reflejan los convenios de hostelería y comercio.

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