Pam y Pipo son dos perros de la raza Jack Russell que desde el pasado mes de noviembre, en el que llegaron a la isla, actúan como atentos vigilantes de las bajadas y subidas de azúcar de sus dos dueños, Lorenzo y Sofía, dos niños con diabetes de Mallorca a los que sus padres han decidido dotarles de una herramienta menos tecnológica pero más fiel, atenta y cariñosa para ayudarles a controlar la enfermedad que les acompañará el resto de sus vidas.

Marian Ruiz, portavoz del Club Canem, una iniciativa que quiere consolidar la utilización de perros de alerta médica en Balears y que se presenta hoy con un almuerzo en el restaurante de Son Amar, explica que ya hay dos canes de este tipo en las islas, uno que atiende a un niño en Mallorca y otro que lo hace con un adulto en Menorca.

"Mi hijo Lorenzo, de 11 años, debutó con diabetes hace cinco meses y como quería ofrecerle algo diferente a la tecnología hoy existente para controlar esta enfermedad crónica (bombas difusoras, sensores...), decidí recurrir a la Fundación Canem que, desde Zaragoza, se dedica a adiestrar a estos perros para esta tarea", explica Marian.

Revela que los diabéticos, a través del aliento o el sudor, liberan una sustancia llamada isopreno media hora antes de que su metabolismo padezca una subida o bajada de azúcar. Y, al parecer, estos perros son capaces de detectar este problema con antelación a que produzca efectos indeseables.

"Estos perros han sido seleccionados a los dos meses en función del carácter del niño al que van a atender y adiestrados durante otros cuatro en los que les hemos enviado muestras del sudor y de la saliva de los niños para que se familiaricen con ellos. Pero el adiestramiento no acaba nunca. Los niños deben ser los que les den de comer, porque el vínculo lo deben establecer con él y con ninguna otra persona de la casa. De la misma manera, deben aprender a domir de día, cuando el niño está en el colegio, para que durante la noche se mantengan vigilantes y ladren en caso de algún problema", concluye esta madre que se ha esforzado por dar a su hijo un sensor de la diabetes más amistoso.

Francesc Llabrés, padre de Sofía, está embarcado ahora en cambiar la ley de perros de asistencia de Baleares para conseguir que incluya a los canes de alerta médica y estos puedan acceder, junto a sus "pacientes", a lugares que hoy les están vedados como las escuelas o los cines.