El embajador de España en China, el mallorquín Rafael Dezcallar, se incorporó ayer a su puesto en el país asiático por primera vez desde que estalló la alarma sanitaria por el coronavirus. Dezcallar disfrutaba de sus vacaciones de Navidad, según informó ayer 'El Confidencial'.

La infección, que se ha extendido por el país asiático en plena celebración por el Año Nuevo chino, se ha saldado con cerca de doscientos muertos y ha obligado a poner en cuarentena a cincuenta millones de personas.

Tal como publicó ayer el medio digital, los cinco mil españoles residentes en China "se sienten abandonados" por España durante una emergencia que ha traspasa las fronteras del gigante asiático. Y citó fuentes del Ministerio de Exteriores que aseguran que Dezcallar ha coordinado la atención a los españoles desde España. El primer avión con repatriados españoles llegó ayer a Madrid procedente de Pekín.