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Gabriel Jordà: "Fenómenos como 'Gloria' pasarán cada vez con mayor frecuencia"

El científico desliga la borrasca del cambio climático, pero cree que sus efectos son "un buen ejemplo de lo que nos encontraremos en el futuro"

El investigador Gabriel Jordà posa para esta entrevista. m. mielniezuk

Después de que el temporal Gloria se haya hecho notar con olas de catorce metros y estragos en las playas del Llevant, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reclamaba desde Mallorca “reflexionar” sobre la relación de estos fenómenos y el cambio climático. El investigador experto en fenómenos marítimos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) en Balears, Gabriel Jordà, que esta semana presentaba su último estudio sobre el efecto del calentamiento del mar en la migración de las especies marinas, hace esa reflexión. Cree que fenómenos como Gloria no se pueden atribuir aún al cambio climático, pero que sus efectos sí son un buen ejemplo de lo que será cada vez más habitual ver en Balears.

P El temporal de la borrasca Gloria ha dejado olas de hasta 14 metros en Balears. ¿Cómo llega a producirse un fenómeno así?

R Una ola de 14 metros es una cosa puntual. Es una situación extraordinaria, que no se ve cada año, pero tampoco tenemos la información para decir que sea una cosa extraña. Los registros de oleaje los tenemos de hace solo unos años y para poder saber hasta qué puntos son normales o no necesitamos registros más extensos. Ahora llama la atención porque tenemos la información.

P Otro fenómeno que se ha visto y que se produce cada vez con más frecuencia son las rissagas.

R No tenemos constancia de que se produzca más intensamente. No dependen del cambio climático, es una reacción a una perturbación atmosférica. Ahora lo que pasa es que tienen más alcance porque la gente lo graba y lo difunde, pero estas rissagas que vimos hace un año o dos en Alcúdia o las que se ven en Ciutadella, tienen lugar casi cada año.

P Desliga la rissaga del cambio climático, pero hay quien apunta al cambio climático como la razón de que los fenómenos meteorológicos sean cada vez más habituales y más violentos.

R Tenemos que ir con cuidado. No tenemos información como para decir que Gloria o fenómenos así fuertes tengan que ver con el cambio climático. Al menos no está demostrado. Ahora bien, son un buen ejemplo de lo que podemos esperarnos con más frecuencia en el futuro. Estas tormentas y lo que hemos visto en los vídeos que han circulado de Portocolom es algo que hasta ahora se puede ver cada diez o quince años, sin embargo, en el futuro, con la subida del nivel del mar fenómenos como Gloria pasarán con cada vez mayor frecuencia. Será más habitual.

P El temporal ha hecho retroceder significativamente la mayoría de playas del Llevant. La de Cala Millor prácticamente ha desaparecido. También es un ejemplo de lo que encontraremos.

R.Sí, sí. En el futuro, con los estudios que estamos haciendo, vemos que, dependiendo del escenario de emisiones, estaremos perdiendo hasta un 60 por ciento de las playas pero de forma permanente. Ahora ha acabado la tormenta y se recuperará la playa, pero si seguimos con las emisiones como hasta ahora, esta podría acabar siendo la situación permanente.

P Sin embargo, antes pasaba de manera puntual y la playa tenía tiempo de regenerarse. Ahora estos fenómenos se suceden de manera tan seguida que no da tiempo a que se regeneren.

R Hay que ir con cuidado porque a veces se mezclan mensajes. Cuando hablamos de cambio climático hablamos de medio y largo plazo. A corto plazo tiene mucho más efecto la gestión de la playa que no ningún fenómeno ambiental. A veces se presiona para recuperar una playa, no se hace con criterios técnicos y llega la siguiente tormenta y se lleva la arena. Claro que si pones un espigón o un paseo ahí donde no toca luego cuesta más de recuperar.

P Se habla de un crecimiento del nivel del mar de unos 60 centímetros a finales de este siglo.

R O más. Lo que manejamos es que en un escenario de emisiones como el que tenemos actualmente subiría 80 centímetros o hasta un metro. En un escenario más optimista serían 40 centímetros.

P Si el cambio climático afecta a las playas y, en consecuencia al turismo, tal vez ahí se actúe.

R [Ríe] Sí que es cierto que casos como los que han ocurrido, que son buen ejemplo de lo que puede pasar en el futuro, son una buena manera de que la sociedad, la industria turística y la administración empiecen a trabajar no tanto en planes de mitigación, sino de adaptación. Se pueden hacer dos cosas: mitigar, reducir las emisiones, o adaptarse. Lo primero debe hacerse a nivel global. Si aquí reducimos pero el resto de Europa, Estados Unidos o China siguen emitiendo, nos dará igual. La adaptación sí que se hace a nivel local. Y aquí hace falta un plan.

P ¿Y qué debería incluir ese plan de adaptación que pide?

R Hay muchos aspectos, ya que el cambio climático tendrá muchos impactos. Pero si hablamos de las costas, la nueva situación será esta: playas reducidas -sin ser dramático o alarmista- que querrá decir menos espacio pero también menos protección durante las tormentas. Entonces aquí habrá que plantear un cambio del turismo de sol y playa o como protegemos la costa, que será más vulnerable en el futuro. Cuando hablamos de plan de adaptación hay que tener en cuenta que se requiere de mucho tiempo para pensarlos, para consensuarlos y para ponerlos en marcha y aquí ya se nos está acabando el tiempo.

P Si el mar crece, también se verán afectados los acuíferos.

R Sabemos que si en una zona como las islas con tantos acuíferos conectados con el mar, si el nivel de mar sube, se salinizan los acuíferos y puede dejar muchos inútiles para el consumo. Sin embargo, aún no tenemos ninguna estimación de qué impacto puede tener esto sobre el agua potable. Pero sí, es otro de los efectos de la subida del mar. También que, además de la reducción de las playas, ante otro temporal, las olas afectan más la primera línea.

P ¿Los registros récord del acqua alta en Venecia son un aviso del incremento del mar a causa de su calentamiento por el cambio climático en el Mediterráneo?

R Lo de Venecia es muy espectacular por sus circunstancias particulares. El aqua alta la han vivido siempre, pero es cierto que la subida del nivel del mar está aumentando su impacto. No lo podemos extrapolar a Balears porque no tenemos un fenómeno así. Para mí es más representativo de lo que puede ocurrir lo que ha pasado ahora con las tiendas y viviendas de al lado de los paseos que han quedado anegadas por el temporal. Lo que nos sirve de Venecia es ver qué pasa con los planes de adaptación, ya que ellos llevan unos veinte años con su sistema de compuertas para parar el aqua alta y sin embargo aún no lo han podido poner en marcha. Por eso nosotros, no podemos pretender hacer un plan y aplicarlo al año siguiente. Requiere tiempo.

P Ante la subida del nivel del mar, ¿la posidonia cobra más importancia que nunca?

R La posidonia tiene muchas funciones importantes y es verdad que una de ellas es la protección de la costa porque atenúa el efecto del oleaje, pero no diría que es su principal función. En cualquier caso es importante tener decretos como el de posidonia. Tener normativa de esta, más allá de la protección, envía un mensaje de concienciación.

P ¿Qué efectos tendrá el cambio climático en la posidonia?

R El calentamiento del agua, que ya está pasando y que se acelerará, tiene un efecto claro sobre los organismos marinos. Algunas especies tienen límites térmicos y la posidonia es una de ellas: se piensa que a 28 grados empieza a aumentar la mortalidad de la posidonia. Si sigue calentándose tendrá más dificultades para sobrevivir y se perderán praderas. Por otra parte, si el agua está más caliente en superficie, el aporte de nutrientes a capas más profundas se ve limitada y es un problema. Es difícil hacerse hoy una idea de cómo quedará el mar, porque igual que se perderá posidonia, otras especies la pueden sustituir.

P ¿Sucederá lo mismo con otras especies marinas?

R Sí y ocurre lo mismo: tenemos peces que están desapareciendo por las altas temperaturas mientras otros están llegando. No soy especialista, pero hay una especie que ha llegado del Mar Rojo y los pescadores están encantados. Otro ejemplo es la aparición del cangrejo azul en el delta del Ebro. En algunos casos hay que ir con cuidado en darle la culpa al cambio climático, porque de pronto avistamos según qué e igual es porque nos hemos cargado a sus depredadores. Pero sí, se producirán cambios en el ecosistema marino.

P Esta semana el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pedía hacer una reflexión sobre fenómenos como la borrasca Gloria y el cambio climático.

Todos los mensajes que vengan de los políticos si se traducen en acciones por su parte, me parecen buenos. Si el presidente del Gobierno, que por su posición es quien puede tomar las medidas necesarias, pide reflexión y pensar cómo paliar estos efectos en el futuro y no es un brindis al sol, es bienvenido; si sirve para repartir responsabilidades y no hacer nada, es cuando yo como ciudadano me siento agotado.

P ¿Qué gusto le dejó la última cumbre mundial del clima, la COP25, celebrada en Madrid?

R De desgaste. Ya no sé qué más podemos decir los científicos: las evidencias son cada vez más claras, cada vez tenemos más información, los resultados están cada vez más afinados. Ya no sabemos cómo decir las cosas, porque cuando llega la hora de actuar todavía nos discutimos y se anteponen otros intereses. Agota. Luchamos para transmitir un mensaje y las acciones para llevarlas a la práctica todavía son muy finas. ¿De qué sirve tener coches cada vez más eficientes y con menos emisiones si cada vez tenemos más coches? Es solo un ejemplo.

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