“Me llamo Cristina y yo fui una menor tutelada. Hay dos momentos importantes que querría destacar. El primero, al principio, no entiendes por qué entras en un centro de protección. Al final, con los años, te das cuenta de que había un problema en casa y que necesitabas ayuda. Luego, otro momento importante es cuando cumples 18 años y tienes que salir del centro de acogida. Al final, estás tú solo. Eres tú solo el que avanzas en tu camino, tú tienes que seguir... Tienes mucho miedo. No quieres fallar”. Una joven ofreció su testimonio durante las jornadas de la Asociación Pro-Emancipación de las Illes Balears (Apeib) celebradas el pasado jueves por la tarde en el centro cultural Flassaders, en Palma.

“Siendo mayor de edad entré en una vivienda. Me saqué un ciclo formativo medio y así pude trabajar. Hay compañeros míos que no pueden tener una vida completamente independiente. Tu vida familiar no termina, sigue estando ahí”, detalló Cristina, ante un público expectante.

Diez años en varios centros

Mónica estuvo diez años de su infancia y adolescencia en varios centros de protección de la isla. “Estuve en tres centros de menores. Después de pasar por los hogares de acogida, cuando salí de allí con 18 años no tuve miedo, para mí fue una oportunidad. Lo vi como una oportunidad. Me quería ir de allí, pero no porque estuviera mal. Yo quería tener mi propia casa”, aseguró la joven durante el acto, que se programó en fechas anteriores a que saltara el escándalo de los casos de explotación sexual de menores tuteladas por el IMAS del Consell de Mallorca.

“Si tuviera que decir qué es lo mejor que me ha pasado en estos últimos años, lo mejor es poder tener a mi padre aquí al lado”, reconoció Mónica, muy emocionada y lanzando una mirada de complicidad a su progenitor, sentado a su lado.

Tina, una mujer mucho mayor que las dos jóvenes que intervinieron entre el público, recordó que ella también fue una menor tutelada, cuando eran otros tiempos. “Yo estuve en El Temple, eran otros años... Lo que puedo decir es que para mí, el centro fue mi salvación”, aseveró con rotundidad. “He superado muchos baches, he pasado por muchas cosas, pero, por suerte, de todo se sale”, indicó.

Cortometraje de Toni Bestard

El presidente de Apeib, Juan Carlos López, insistió: “Un menor tutelado no es un delincuente, es una víctima. No somos jóvenes delincuentes como se cree. Una cosa es un hogar de protección y otra un reformatorio”. Por este motivo, se exhibió el cortometraje del cineasta Toni Bestard, titulado Talia,Talia, que trata de los motivos por los que una adolescente entra en un centro de protección. En este caso, es una menor víctima de abusos y maltrato por parte de la pareja de su madre. El filme conmovió al público.

A continuación, se presentó el cómic del ilustrador y dibujante Rafel Ruiz Gilet, que es la segunda parte del corto Talia y que versa sobre cómo se convive en un hogar de acogida y cómo la protagonista consigue la emancipación al cumplir los 18 años. “La emancipación es uno de los procesos más difíciles. Tienes que ser independiente económicamente y afectivamente. Existen pisos para emancipados, pero hay carencias afectivas”, reconoció el presidente de Apeib. “Cuando te emancipas ya no tienes a tus educadores las 24 horas, ya no es lo mismo. Tampoco convives con tus compañeros que eran como tus hermanos”, añadió Juan Carlos López.

CONTENIDO_RELACIONADO

  • "Un menor tutelado no es un delincuente, es una víctima"
  • Explotación sexual de menores tutelados, una realidad sin atajar
  • El Consell de Mallorca reconoce 16 casos de explotación sexual infantil

FIN_CONTENIDO_RELACIONADO