El Llevant ha vuelto a ser noqueado por otro violento fenómeno meteorológico. La borrasca Gloria ha dejado un rastro de devastación en Cala Rajada, Cala Millor y s'Illot. El peor temporal marítimo que se recuerda en años en la zona ha causado daños millonarios en infraestructuras públicas, negocios, viviendas particulares y en embarcaciones que quedaron a merced de gigantescas olas.

La primera línea de estos núcleos costeros ayer amaneció cubierta de un manto de suciedad, plásticos, algas y piedras que el mar escupió con furia el pasado martes. Vecinos y trabajadores empezaron las árduas tareas de limpieza ayudados de mangueras, palas y escobas. Gloria por fin dio una tregua en la isla y el temporal amainó.

Uno de los residentes afectados, con más de 40 años de experiencia en el sector de la hostelería en la primera línea de Cala Millor (Son Servera), recalcó que en cuatro décadas jamás había visto un temporal de tal magnitud en la zona.

El oleaje se llevó media playa en Cala Millor y arrastró la suciedad hasta el paseo marítimo. Una de las zonas más castigadas fue sa Caleta, la pequeña playa. El vendaval dañó terrazas, mobiliario, toldos y sombrillas de los restaurantes. Las fuertes rachas de más de 80 kilómetros por hora también destruyeron un árbol centenario, un tamarindo que aún perduraba en el paseo marítimo de Cala Millor y que recordaba a los primeros años en los que se urbanizó la zona.

Las playas de sa Coma y Cala Bona también fueron golpeadas por la fuerte marejada. Mientras, en s'Illot una embarcación embarrancó en la arena. La nave salió despedida desde el 'mollet' con el remolque incluido y fue a parar a la otra punta de la playa. Los vecinos también se afanaban en limpiar sus plantas bajas o locales en los que había irrumpido el mar con fuerza. Algunos habían intentado proteger los inmuebles con sacos de tierra, pero la virulencia de las olas fue imparable. El paseo que discurre entre s'Illot y Cala Morlanda acabó plagado de piedras que la corriente expulsó. Incluso, se creó un grupo de WhatsApp para coordinar a todos aquellos voluntarios que quieran ayudar a limpiar la zona de Cala Morlanda.

En Cala Rajada (Capdepera), el paseo marítimo de Cala Gat, conocido como de les Àmfores, se hundió y quedó intransitable. La borrasca partió en dos la calzada, que ya estaba dañada por el pasado temporal de abril de 2019. En la zona del puerto de Cala Rajada, los estragos del oleaje eran patentes. Piedras y parte de la escollera de hormigón salieron despedidos como proyectiles que quedaron en plena calle. Los alcaldes de los municipios afectados visitaron la zona, junto con el conseller insular de Hacienda, Josep Lluís Colom, y el conseller de Promoción Económica, Jaume Alzamora.