Un joven aceptó el miércoles en la Audiencia de Palma una pena de dos años de prisión por violar a su novia de 16 años en un domicilio de la ciudad mientras se celebraba una fiesta en junio de 2018. El acusado, de 26 años, también fue condenado a cinco años de libertad vigilada, 60 días de trabajos comunitarios y a la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima por un periodo de siete años por golpearla y amenazarla de muerte.

El sospechoso, que cuenta con otras tres condenas y una absolución por quebrantamiento judicial por saltarse la orden de alejamiento, reconoció los hechos ante la sala. El muchacho se declaró responsable de un delito de agresión sexual, otro de maltrato y uno de amenazas. Inicialmente, se enfrentaba a una petición de pena de la fiscalía de once años de cárcel.

Su abogado defensor Rafael Llompart alcanzó un acuerdo con la abogada de la acusación particular, Margarita Fernández, y con la fiscal, quienes rebajaron sustancialmente las penas. Así, tras haber reconocido los cargos en el plenario, el tribunal de la sección segunda dictó sentencia 'in voce' y le impuso dos años de prisión, 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad y cinco años de libertad vigilada, además de la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante dos años y la prohibición de acercarse y comunicarse con la perjudicada por un periodo de siete años.

La sala ha apreciado las circunstancias atenuantes de reparación del daño como muy cualificada, ya que el violador ha indemnizado a la víctima con 8.000 euros, y también la de intoxicación etílica por encontrarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas en la fecha de los hechos.

El joven, con un gran tatuaje en el cuello, fue muy escueto al admitir lo ocurrido. Respondió afirmativamente cuando la presidenta del tribunal le preguntó si estaba conforme con las penas.

Los hechos ocurrieron el pasado 17 de junio de 2018, sobre las dos menos cuarto de la madrugada, en el domicilio en el que residía el sospechoso en Palma en el que celebraba una fiesta en compañía de varios familiares.

Poco antes, esa misma noche el muchacho había llamado por teléfono a su novia, de 16 años, para que acudiera a la fiesta en su casa. La adolescente se personó en la vivienda y el encausado la condujo hasta su dormitorio. Una vez allí, le pidió que se desnudara, pero la víctima se negó. Entonces, él empezó a golpearla y la obligó a desnudarse diciéndole que si no lo hacía ella, lo haría él mismo. Al final, la perjudicada tuvo que desnudarse ante el temor que este le producía.

A continuación, el procesado golpeó a su pareja en diversas partes del cuerpo y la violó pese a la oposición de ella, quien le pedía que parara. Además, la intimidó diciéndole que le iba a pegar y "eres mía y si te veo con alguien te piso la cabeza, ni grites ni llores ni hagas nada que cuanto más hagas, más te voy a pegar y te vas a ir cuando yo quiera, así venga tu padre o tu hermano".

La menor consiguió abandonar la vivienda y, cuando ya se iba, el acusado la amenazó indicándole: "Si me denuncias, yo iré a la cárcel, pero yo saldré y tu tendrás que esconderte en la isla porque si te encuentro te mato y tu ya me conoces".

La víctima sufrió heridas leves en el rostro como consecuencia del maltrato padecido. El día después de la violación, un juzgado de Palma dictó una orden de protección a su favor.