La niña de 13 años que denunció agresiones sexuales por parte de seis adolescentes la pasada Nochebuena, en un piso del barrio de Corea, ya había sido atendida en dos ocasiones anteriores en urgencias del hospital de Son Llàtzer. Por consiguiente, esta fue la tercera violación que denunció la menor en menos de año.

Los sanitarios de urgencias del hospital público activaron en los tres casos los protocolos habituales al detectar un posible episodio de abuso sexual, que consisten en tratamientos médicos específicos y cursar la correspondiente denuncia ante el juzgado de guardia por violación que están en tramitación en estos momentos.

La menor estaba tutelada por el Consell de Mallorca y por ello vivía en uno de los centros concertados para menores, según confirmaron desde la propia institución insular. Un centro que entra dentro de la jurisdicción sanitaria de Son Llàtzer y por este motivo fue llevada a este centro sanitario. Lo que ocurre es que no era la primera vez que acudía por la misma causa. En otras dos ocasiones anteriores ya había denunciado haber sido objeto de agresiones sexuales y ya había recibido atención médica para ello.

Según ha podido saber este periódico, el protocolo habitual que activan los servicios de urgencias de los hospitales consiste en aplicar un tratamiento contra las enfermedades de transmisión sexual y la píldora del día después para prevenir embarazos. Acto seguido se cursa la correspondiente denuncia por violación en los juzgados de guardia. En las tres ocasiones la niña de 13 años había sido objeto de estos protocolos y su cuerpo tuvo que soportar los intensos tratamientos médicos en cuestión de pocos meses. Unos medicamentos que los sanitarios advierten que pueden tener importantes efectos secundarios.

En familias de acogida sin éxito

El Consell de Mallorca había intentado en varias ocasiones que la menor se integrara en una familia de acogida. Sin embargo, según ha podido saber este periódico, en ninguna se consiguió su integración. Por ello, las familias renunciaron y la menor tuvo que volver a los diferentes centros de menores

La niña se escapaba de las casas familiares de acogida, se hacía muy difícil su control y su integración en la unidad familiar fue imposible, según indicaron fuentes cercanas al caso.

Profesionales que han trabajado con este tipo de menores desestructurados coinciden en que los niños y niñas son captados para ser explotadas sexualmente con regalos como teléfonos móviles de alta gama, joyas o ropa. Por ello, se hace muy difícil su integración en una familia de acogida tras haber conocido este mundo de excesos en el que se consigue dinero rápido.

La propia menor presuntamente violada en Corea relató en la denuncia que el día de Nochebuena se fugó del centro de acogida concertado por el Consell. De allí se marchó a un bar de Son Gotleu donde ya la retuvieron para intentar prostituirla tras proporcionarle bebidas alcohólicas y fumar porros. Después se la llevaron al barrio de Corea y se consumó la presunta agresión sexual por parte de seis adolescentes que, tras su detención, quedaron en libertad al asegurar que las relaciones fueron consentidas.

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