Empieza 2020 con el cierre de la mitad de es Murterar
Es un primer paso. No ha sido una decisión de un día para otro, se había llevado planificando desde la pasada legislatura y ahora empezamos 2020 con un diez por ciento menos de emisiones. Pero lo que nos dicen los científicos es que no es suficiente cambiar el carbón por gas natural, sino que hay que ir más allá, avanzar hacia las energías renovables y llevar adelante un ahorro energético.
Es Murterar producía algo más del 50 por ciento de la electricidad que se consume en Mallorca. ¿Cómo se esta cubriendo ahora la demanda eléctrica?
El grueso de la energía de Mallorca se produce ahora en las centrales de Cas Tresorer y Son Reus, que son dos centrales que utilizan gas natural y que hasta ahora estaban infrautilizadas; tenemos un incipiente mercado de energías renovables de plantas fotovoltaicas y instalaciones de autoconsumo, y el enlace con la península, que todavía nos suministra una parte importante.
¿Qué porcentaje representan en el suministro las dos líneas que quedan de es Murterar?
Ahora mismo un 55 por ciento se genera en Cas Tresorer y Son Reus y un 37 por ciento viene del enlace, el resto se reparte entre la incineradora y alguna planta de ecogeneración. Es Murterar ahora mismo funciona como reserva, no funciona de manera constante. Sólo hace un número máximo horas para tenerlo como apoyo por si falla una central o un enlace. Será el papel que tendrá hasta que llegue el segundo enlace, funcionando un máximo de 1.500 horas anuales, que son unos tres meses.
Con el cierre de es Murterar se ha insistido mucho en la necesidad de garantizar el suministro. ¿Podría ocurrir un apagón como el que tuvo lugar hace poco más de un año en Menorca?
No, en principio no. Puede haber un terremoto o un huracán, pero los escenarios devastadores no se tienen en cuenta para planificar. No hay un Son Espases B por si se cae Son Espases. Red Eléctrica, como operador del sistema, se asegura de producir con suficiente calidad y ha mejorado mucho el sistema. No soy tan mayor, pero recuerdo cuando era pequeño que había apagones cada vez que había tormenta. Ahora eso ya no pasa. Mallorca, a diferencia de Menorca, tiene una red muy mallada y si cae el suministro por un lado se suple por otro.
¿Las puntas de demanda de este verano serán la prueba de fuego del nuevo sistema?
Estamos totalmente tranquilos. Hay puntas de invierno que se acercan bastante a las puntas de verano. El Govern ha hecho un trabajo importante para avalar el sistema y también lo ha hecho el operador. Estamos tranquilos.
Recurriendo al gas natural, que es más caro que el carbón, ¿subirá la factura de la luz?
En Balears pagamos la misma factura de la luz que en la península a pesar de que los costes de producción energética son aquí mucho más caros porque los sobrecostes se reparten. El pequeño sobrecoste por el cierre de es Murterar y el mayor uso de Cas Tresorer y Son Reus se reparte entre los 45 millones de habitantes de España. No será significativo en la factura.
¿Lo ha puesto fácil Endesa?
Endesa es consciente de que el carbón no tiene recorrido. Con independencia del Govern, hay una normativa europea en emisiones de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno que, sin inversiones, no podía cumplir es Murterar. La descarbonización debía llegar tarde o temprano y debe haber una transición para afrontarla, ya que además del suministro a los hogares, detrás hay trescientos trabajadores y trescientas familias. Diría que sí, Endesa ha puesto facilidades, ha dado alternativa a los trabajadores y como Enel está invirtiendo en renovables en Balears. Si Endesa quiere mantener su actual posición dominante en Balears sabe que no puede ser a base de las energías fósiles.
¿Para cuándo el cierre total? Se había hablado de 2025.
La ley fija esa aspiración, pero nosotros no hemos puesto ninguna fecha concreta. Estamos en un proceso de planificación de las grandes infraestructuras eléctricas a nivel estatal y uno de los planteamientos que hace el Govern es el segundo enlace. Primero para ser más resilientes y, después porque esta nueva conexión con la península, que entraría por Alcúdia, no sería para suplir el suministros, sino para hacer posible la entrada de las renovables sin necesidad de asumir riesgos para la red. Esperamos que cuando se haya hecho el segundo enlace poder cerrar definitivamente es Murterar. Según el operador, Es Murterar ahora ya no hace falta.
Se anunció que al cierre de es Murterar, un diez por ciento de la energía ya provendría de renovables en Balears, pero no se ha llegado aún a ese porcentaje.
Una de las estrategias fue el impulso del plan estatal de ayudas a través de una subasta específica para Balears, porque las que se presentaban para todo el estado pedían unos requisitos que, por el coste de producir en las islas y la superficie de las instalaciones, no permitía competir a proyectos de las islas para acceder a las ayudas. La llegada de Joan Groizard al Ministerio ayudó y se ha aprobado una primera línea de ayudas que permitirá instalar más de 300 megavatios de renovables. Muchos empezarán las obras de manera inminente, este invierno. Así que este año veremos como ese porcentaje va subiendo. Ya veremos cuando podemos llegar al 10 %.
Algunos de los proyectos más grandes de plantas fotovoltaicas previstos en Mallorca, como era el caso de Santa Cirga, finalmente no se van a llevar a cabo.
La gente, cuando no hay un Gobierno estable, es temerosa. En la península hay muchas empresas en materia de renovables en fallida por confiar en ayudas que les fueron luego retiradas por el Gobierno de Rajoy. No ha habido seguridad jurídica. Aquí tenemos un modelo cada vez más garantista en el uso del territorio y las tramitaciones para los proyectos grandes son largas y es cierto que los promotores se lo piensan más de una vez. Pero hay casos que han salido adelante, como Son Salomó en Menorca. En Santa Cirga el problema vino por desavenencias de los propietarios del terreno, pero me consta que los promotores siguen interesados en llevar a cabo proyectos en las islas. Dicho esto, no apostamos por un modelo de grandes parques.
¿Sale rentable invertir en renovables en Balears?
Como las plantas deben ser más pequeñas por la extensión, los terrenos son más caros y está el transporte de los materiales, los costes son mayores: nos dicen productores que tiene el mismo coste llevar placas fotovoltaicas de Barcelona a Mallorca que de China a Barcelona, y eso tiene difícil solución. Para eso nace el Institut Balear de l'Energia. Como la administración no necesita margen de beneficio de dos dígitos, basta con empatar porque está el beneficio social, el Institut Balear de l'Energia se propone ser un motor de la penetración de las energías renovable en Balears.
Se ha hablado del Institut Balear de l'Energia como un comercializador de energía. ¿Significa que las islas tienen ahora una empresa eléctrica pública?
Sí, Balears tiene una compañía eléctrica pública, lo que ahora ni produce ni comercializa. Ahora nos acabamos de crear, primero hay que crear el equipo de personal para empezar a llevar a cabo los proyectos. Ahora mismo, de las propias instalaciones del Govern hay excedentes con los que no sabemos qué hacer. El IBE gestionará esos excedentes para suministrar al Govern y, si puede, beneficiar a terceros. Un proyecto del impuesto turístico que empezará el año que viene permitirá que, en zonas turísticas, el excedente de energía producida por hoteles que en invierno nadie aprovecha, pueda suministrar a hogares de familias con problemas de pobreza energética.
Precisamente, uno de los objetivos que se marca para el Institut Balear d'Energia es luchar contra la pobreza energética.
Cuando hablamos de pobreza energética, hablamos de pobreza. De familias que no pueden afrontar una necesidad tan básica como la energía. Lo que queremos es que más allá de iniciativas como el bono social, que estas familias puedan autoabastecerse. Tenemos aparcamientos rodeados de viviendas, que pueden estar cubiertos de placas para revertir en esos hogares con pobreza energética en una radio de 500 metros. Todo está en fase de estudio.
La oposición denuncia que sus funciones podrían ser asumidas por la dirección general de Energía. Les han llegado a acusar de ser un chiringuito.
Pondré un ejemplo: la dirección general de Energía impulsó con remanente dos proyectos de energías renovables. Por los trámites y ritmos que tiene la administración, lo que una empresa privada haría en dos meses, nosotros tardamos dos años. El Institut Balear de l'Energia es una herramienta para dar agilidad en proyectos como este sin tener que perseguir promotores. Por otro lado, la dirección general está saturada, hace falta más personal, todas las manos son pocas. No es un chiringuito, al contrario, hacen falta muchas más manos ante un reto como el cambio climático.
El Govern también quiere reducir las emisiones del parque automovilístico impulsando el coche eléctrico. ¿Puede asumir el sistema la demanda de electricidad que llegue a suponer?
Los cálculos que hace el operador es que el incremento del consumo sería de un máximo del tres por ciento. Hay que dejar que las cosas vayan a su ritmo, pero lo que nos dice red eléctrica es que podemos hacer una transición hacia el vehículo eléctrico sin que el sistema esté en riesgo.
De momento, el Govern ha suspendido el calendario del veto a coches gasolina y diésel a falta de la ley nacional. Ahora con Gobierno, ¿son optimistas en que la ley llegue pronto?
Era uno de los grandes proyectos de la ministra Teresa Ribera y por la información que llega parece que será una de las prioridades [el día que se realizó esta entrevista aún no se conocía el nombramiento de Ribera como vicepresidenta del Gobierno]. Desde el día que se forme el Gobierno, desde aquí reclamaremos que se apruebe la ley nacional de Cambio Climático, como también una ley nacional de Residuos.
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