Los responsables del hospital público de Son Llàtzer aceptaron ayer dar por terminada la relación laboral con la única neuropsicóloga del centro, después de rechazar durante meses la decisión de la trabajadora de abandonar su puesto laboral. El letrado de la administración planteó a la representante legal de Silvia Martínez la posibilidad de llegar a un acuerdo para evitar al juicio. Además de ofrecerle una indemnización económica en concepto de finiquito, le propuso dar por terminada la relación laboral que se mantenía desde hacía más de quince años.

La neuropsicóloga, que lleva más de tres años luchando para que se le reconozcan sus derechos laborales en la administración pública, aceptó las condiciones, por lo que el juicio no se celebró.

El juzgado de lo Social número 5 de Palma había convocado para el día de ayer a las partes enfrentadas en este conflicto laboral. Por parte del hospital, estaba citado a declarar el gerente, la jefa de personal y la responsable del área de neurología. Por la parte contraria también estaba citada la demandante, Silvia Martínez.

Este acuerdo representa, entre otras cosas, que la neuropsicóloga renuncia a su plaza en la sanidad pública, una decisión que tomó hace tiempo porque consideraba que en el hospital no se le reconocían sus derechos laborales y ante estas circunstancias decidió renunciar a este trabajo. Sin embargo, esta renuncia, presentada por escrito, no fue aceptada por el hospital, que hasta la fecha, además de reclamarle a su trabajadora que se reincorporara a su puesto de trabajo, ha venido pagando las cuotas laborales de la trabajadora.

Otras demandas

No es la primera vez que Silvia Martínez llevaba al hospital ante los tribunales. Tuvo que demandarle porque durante años fue contratada como personal externo y ella tenía que pagarse la cuota de autónomo. La Inspección de Trabajo concluyó que la contratación era fraudulenta, porque el hospital no podía mantener tanto tiempo a una empleada sin un contrato laboral y obligándola a pagar su cuota de autónomo.

Hasta dos sentencias establecieron que la relación profesional entre la neuropsicóloga y el hospital debía contemplarse como una contratación laboral. Sin embargo, el contrato que pretendieron que firmara era el de personal estatutario, en contra de lo que habían establecido las dos resoluciones judiciales.

La neuropsicóloga explicó que lleva más de tres años luchando para que se le reconociera este derecho laboral y, al no conseguirlo, optó por renunciar a su puesto de trabajo e iniciar una nueva aventura profesional en el sector privado. Silvia Martínez asegura que no había precedentes en el que una institución pública se negara a aceptar la renuncia de un trabajador.

Especialidad poco conocida

La neuropsicología es una especialidad reciente y, por tanto, poco conocida. Sin embargo, Silvia Martínez ha venido desarrollando esta especialidad desde el año 2004, cuando entró a trabajar en el hospital público. Pasaba consulta de forma regular y el tiempo medio de espera para que un paciente fuera atendido era de unos seis meses. Estos profesionales se dedican a atender y valorar las alteraciones cognitivas que se generan tras una lesión cerebral.

Esta especialidad, de momento, no está reconocida por la sanidad pública. Sin embargo, estas especialistas sí vienen trabajando habitualmente en los hospitales públicos. De momento, la consulta de Son Llàtzer se ha derivado a otro hospital del sistema sanitario.

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