Consellers, directores generales y asesores del Govern de les Illes Balears no perdonan ni los cafés a las arcas públicas. Consultando el Portal de Transparencia del Ejecutivo de los últimos quince meses, sobre los gastos de transporte y manutención, se descubre que algunos cargos han pasado recibos de cafés por reuniones que no superan los dos euros. Uno de los tíquets que llaman más la atención es uno del conseller de Movilidad, Marc Pons, por valor de 0,70 euros y justificado como "otros". También presentó un segundo recibo de un almuerzo de trabajo de dos euros. Directores generales y gerentes de empresas públicas han llegado a pasar tíquets de 1,40 euros, cuando su sueldo supera los 50.000 anuales.

La exvicepresidenta y consellera de Turismo, Bel Busquets, instauró las "meriendas de trabajo" con miembros del Govern por 8 euros. Jaume Colom, secretario general de la conselleria de Trabajo y en la actualidad de la conselleria de Modelo Económico que dirige Iago Negueruela, ha justificado un gasto de 7,6 euros alegando que era un "refrigerio previo a una reunión". Asimismo, Colom también endosa a las arcas públicas un café "motivado por la reunión con el conseller". Resulta curiosa esta justificación, ya que habitualmente los consellers y los secretarios generales tienen sus despachos a escasos metros.

Juan José Montaño, exdirector general de Universidad;Josep Mayol, exsecretario general de Turismo y Maria Renart, directora adjunta de la Agencia de Turismo de Balears, han pasado recibos que van entre 1 y 4 euros de cafés y comidas. El exdirector general de Consumo, Xisco Dalmau, aprovechó una entrevista en la radio para irse a merendar a cuenta del Govern por un importe de 4,79 euros. Un caso especial es el de la delegada de educación de Eivissa, Margalida Ferrer, que cada vez que venía a despachar a Palma tomaba su café y merienda a costa del erario público.

Armengol se va de restaurantes

La presidenta Armengol en este tiempo ha realizado más de 80 comidas de trabajo, 74 de ellas con sus colaboradores o miembros del Govern. Ello supone que Francina Armengol prefiere los restaurantes a utilizar su despacho para reunirse con su equipo, ya que sale a comida de trabajo cada tres o cuatro días laborables. Es verdad que la presidenta tiene la austeridad por norma y el menú no supera los 15 euros. Lo que ocurre es que da mínimas explicaciones de la comida, algo que recriminan las entidades que vigilan la transparencia de las administraciones.

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