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El sector del ladrillo desacelera en las islas con la caída de la inversión en reformas

Los fondos destinados a las rehabilitaciones en hoteles se desploman casi un 55% mientras que los de comercios e industrias se reducen por encima del 11%

La inversión vinculada a la reforma de hoteles registra la mayor caída. G. Bosch

Las empresas de Mallorca han optado por aplicar un severo frenazo a la inversión que realizan en el ámbito de la construcción y reforma de sus instalaciones. En este momento, solo la actividad privada vinculada a la edificación de viviendas muestra tasas positivas, pero insuficientes para compensar el recorte que hoteles, comercios o industrias de la isla están llevando a cabo. Según pone de relieve el director de la Fundación Impulsa y catedrático de Economía Aplicada, Antoni Riera, el sector del ladrillo se ha sumado ya a la desaceleración y en estos momentos es el conjunto de la economía balear la que muestra tasas de crecimiento muy débiles.

El valor de los proyectos vinculados al sector privado y presentados en Mallorca durante los primeros nueve meses de este año asciende a 799,2 millones de euros, con una caída del 7% respecto a los 859,8 millones contabilizados durante el mismo periodo del pasado año, según los datos facilitados por la patronal balear del sector y elaborados a partir de los informes del Colegio de Arquitectos de las islas. Eso supone que se han quedado por el camino 60,6 millones de euros.

Un punto a destacar: esta reducción es más acentuada en Mallorca que en el conjunto de Balears, porque si a los datos de la primera sumamos los de Eivissa, Formentera y Menorca, el resultado es que la suma de la inversión en el archipiélago alcanza los 1.042,2 millones de euros, en este caso con una reducción del 4,6% respecto al pasado ejercicio.

El fuerte descenso que los fondos que llegan al sector del ladrillo ha registrado en Mallorca se explica exclusivamente por el recorte de los proyectos vinculados a instalaciones empresariales y no a los residenciales, dado que estos últimos son los únicos que muestran un crecimiento. Y es el sector turístico el que está aplicando el ajuste más duro.

La inversión impulsada por este último (principalmente relacionada con la modernización de las instalaciones hoteleras) se ha cifrado entre enero y septiembre del presente ejercicio en 77,4 millones de euros, muy por debajo de los 171 millones del mismo periodo de 2018. Se trata del recorte más intenso de todos, cifrado en un 54,7%.

De nuevo esta caída es mucho más fuerte en Mallorca que en el conjunto de Balears, dado que el valor global de la inversión turística en el conjunto del archipiélago ha sido de 132,4 millones de euros, con un descenso del 38% respecto al ejercicio anterior.

Pérdida de incentivos

La gerente de la asociación de constructores de las islas, Sandra Verger, recuerda que todavía en torno a un 40% de los hoteles no se han modernizado, pero la citada reducción en la inversión coincide con la pérdida de las ventajas que las empresas de alojamiento tenían a la hora de poner en marcha estos proyectos de reforma (como el ganar dos alturas si se elevaba la categoría) que el actual Govern no ha querido prorrogar.

Pero las empresas turísticas no son las únicas que han pisado el freno, aunque lo hayan hecho con más fuerza. Porque la inversión relacionada con la edificación y reforma de instalaciones comerciales, industriales o de oficinas también muestra una evolución a la baja. En el caso de Mallorca, el valor de los proyectos que se han presentado en este apartado es de 83,8 millones de euros, superando por primera vez en años a la que se hace en el turismo por el desplome de esta última. Pero en este caso también hay un descenso aunque más moderado, de un 11,6%, dado que en 2018 se alcanzaron los 94,8 millones de euros.

A diferencia de los anteriores, este último recorte en Mallorca es más moderado que el del conjunto de Balears, ya que los 89,2 millones del conjunto del archipiélago suponen una bajada del 18,2%.

En este caso, desde el sector se recuerdan las limitaciones que desde el Consell de Mallorca se han aprobado para la edificación de grandes comercios en la isla.

Como se ha indicado, la única buena noticia para los constructores por lo que a inversión privada se refiere es la relacionada con la edificación de viviendas, que ha crecido un 7,4% en Mallorca hasta situarse en los 638 millones de euros.

Pero este aumento no es suficiente para compensar las dos bajadas antes señaladas, lo que hace que el balance global del presente ejercicio sea negativo.

Mucho mejor es el dato correspondiente a la inversión que se realiza desde las Administraciones públicas. En este caso, los datos que se facilitan corresponden al conjunto de Balears, y cifran la inversión realizada entre enero y septiembre en los 708,7 millones de euros, un importe que prácticamente duplica el de 2018, cuando se contabilizaron 356,7 millones. Este incremento se sustenta fundamentalmente en los proyectos relacionados con la remodelación del aeropuerto.

Sandra Verger lamenta que el balance de la inversión privada muestre el citado descenso, dado que el sector ya había subrayado que las tasas de actividad con que cerró 2018 eran las óptimas (no se aspira a recuperar las previas al estallido de la crisis al reconocer que eran excesivas) y que el objetivo era ahora mantenerlas.

Actuar en las zonas turísticas

A la vista del recorte que se está dando, la gerente de la patronal del sector reclama del Govern nuevas medidas que impulsen la modernización de las zonas turísticas, y que ayuden a impulsar no solo la reforma de los hoteles, sino también la de los establecimientos de la oferta complementaria.

Porque aunque el empleo en la construcción sigue creciendo en estos momentos a ritmos próximos al 5%, el temor de esta asociación empresarial es que comience a mostrar reducciones a partir del próximo año.

El director de la Fundación Impulsa pone de relieve que las cifras facilitadas por los constructores ponen en evidencia que también este sector ha entrado ya en una fase de desaceleración, y que es el último en hacerlo porque también fue el que más demoró su recuperación. Antoni Riera señala que los datos económicos del segundo semestre de este año muestran un crecimiento muy débil en Balears, y apunta su esperanza de que éstos muestren un repunte a partir del segundo trimestre de 2020.

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