Ioan Ciotau volverá a pasar otras Navidades entre rejas. Lleva más de tres años y medio preso en Palma por el brutal crimen machista del Port de Pollença, en el que asesinó a cuchilladas a su esposa, Lucía Patrascu, en el balcón de casa a la vista de vecinos y transeúntes el 29 de mayo de 2016. La Audiencia de Palma ha declarado recientemente la firmeza de la sentencia que le condenó a 22 años de cárcel y una indemnización de 200.000 euros por un delito de asesinato con la circunstancia agravante de parentesco.

Hace un año, en diciembre de 2018, un jurado popular declaró culpable por unanimidad a Ciotau. Días después, la magistrada presidenta le impuso la misma pena que habían solicitado fiscalía y acusaciones.

El asesino, de 61 años y origen rumano, recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia de las Illes Balears (TSJIB) y también en casación ante el Tribunal Supremo. No le sirvió de nada. La sentencia inicial fue confirmada íntegramente al desestimarse sus pretensiones.

Ahora, una vez es firme el fallo, la Audiencia de Palma ha procedido a ejecutar la condena de 22 años de prisión. El hombre continúa recluido en el centro penitenciario de la isla y se le ha requerido para que pague la responsabilidad civil, 100.000 euros para cada hijo por la muerte violenta de su madre. El inculpado entregó en un primer momento 4.748 euros.

La sentencia de la Audiencia destacó la frialdad del acusado y las frases ofensivas y machistas que dedicó a su mujer tras matarla. Ciotau asestó las últimas puñaladas cuando la víctima, también rumana de 47 años, estaba ya agonizando, agarrada a la barandilla del balcón y sin posibilidad siquiera de moverse.

Se creyó dueño de la vida de ella

La magistrada de Palma resaltó las frases que profirió el asesino tras la comisión del delito, quien "persistía en la ofensa hacia su mujer y en una justificación machista de quien se cree dueño de la vida de su esposa, cosificándola aun después de muerta". Según apuntaron varios testigos en el juicio, tras perpetrar el crimen el hombre les dijo en la calle que había matado a su mujer porque era una puta.

Los hechos sucedieron el 29 de mayo de 2016 en el piso en el que hasta hacía tres semanas convivía el matrimonio. Sobre las diez de la mañana, Patrascu llegó a casa. Horas antes había ido al cuartel de la Guardia Civil. Su marido discutió con ella al recriminarle su ausencia. La agarró del cuello y luego la acuchilló en el balcón cuando ella trataba de pedir ayuda.