En las islas hay once centros a los que pueden acudir las personas sin hogar. Diez están en Palma y sólo uno está en la Part Forana, el de Manacor.

Los trabajadores sociales detectan ahí una clara falta de recursos. "Todo se acaba concentrando en Palma", razona el investigador y profesor de la UIB, Alfonso López.

En total, 286 personas (221 hombres y 64 mujeres) usan estos centros para dormir cada noche. De estas, siete de cada diez son españoles, destaca López, echando por tierra esa idea falsa repetida por determinados grupos de que los ciudadanos extranjeros copan este tipo de recursos de emergencia social. Un 8% tienen origen europeo mientras que un 22% son extranjeros extracomunitarios. En cuanto a nivel formativo, el 45% tiene como mínimo el nivel Primario.

La mayoría de los usuarios (una cuarta parte) señalaron que llevan pernoctando en estos centros entre uno y dos años. Un 22% indicó una permanencia de entre uno y cinco meses. Llama la atención que 68 personas lleven entre tres y diez años pasando las noches allí. Antes de verse en el centro, la mayoría de entrevistados (un 35%) vivía en su casa.

El número de agresiones que viven en estos centros de emergencia y acogida es menor que el que reportan las personas que viven en la calle. Si un 41% de estos últimos dijo haber sufrido robos, en los centros el porcentaje baja al 16%. También se reducen a la mitad los casos de insultos y amenazas, las agresiones físicas y las sexuales.

Los motivos que les han llevado a estos centros son los mismos que señalan aquellas personas que duermen en la calle, por este orden: falta de trabajo; falta de dinero; adicciones y enfermedades.

Tres de cada diez usuarios explicaron que llevaban más de diez años sin trabajar. Un 18% señaló que estaba trabajando en el momento de la entrevista. Entre los que buscan empleo, la mitad dijo "no tener esperanza".