En plena crisis por los pluses de 22.000 euros públicos para vivienda y viajes, el lunes volvió a tocar sesión de coaching en el Govern. La primera fue antes de las elecciones, en el Espai Francesc Quetglas. En esta ocasión, la presidenta se encerró en el ParcBit con más de doscientos altos cargos de su Ejecutivo. Acudieron los consellers, directores generales, jefes de gabinete, asesores, gerentes de empresas públicas, secretarios generales de las Conselleries... "todo quisqui" en definitiva, relata uno de los asistentes; el parking del recinto junto a la UIB estaba repleto de coches oficiales. Entre los importantes, solo faltó el vicepresidente Juan Pedro Yllanes, excusado por motivos personales. Varios de los seis podemitas que cobran el polémico complemento de residencia en Mallorcaseis podemitas que cobran el polémico complemento de residencia en Mallorca, por ser de otras regiones, también asistieron.
En un repleto auditorio, a las seis de la tarde, empezó la terapia grupal. Francina Armengol presidía el acto, sentada en una mesa sobre el escenario, flanqueada por sus consellers. El jefe de protocolo del Govern, Miquel Rosselló, hacía de anfitrión desde el atril. Y la cosa empezó de verdad: "Ahora, cada uno de nosotros cogerá el micro y dirá quién es y qué puesto ocupa, y así nos iremos conociendo", se escuchó ante la sorpresa general. Hubo murmullos e intercambio de miradas de estupefacción, pero no había nada que hacer, el escaqueo era imposible. Así que, de uno en uno, todos los altos cargos empezaron a presentarse al resto. "Hola a todos, me llamo (...) y soy el (...) en la conselleria de (...)".
Terminadas las presentaciones, se proyectó un vídeo que giró en torno a las "islas sostenibles". Según el parecer de los consultados, no fue tan bueno como el de la primera jornada de coaching, en la pasada legislatura. Más pedagógico, en el del lunes había dos cuadrados, uno en rojo y el otro en verde, con unos turistas incívicos y otros políticamente correctos. Adivinen en cuál se colocaba cada grupo.
Discurso buenrollista
Llegó el turno de Armengol, que hizo un discurso de unidad, en plan 'somos un equipo', tenemos muchos proyectos por delante, de futuro, una intervención marcada por el buen rollo, como le gusta a ella en estas citas. El conseller de Medio Ambiente, Miquel Mir -de todos los cargos de Més, el preferido de la socialista- se llevó un guiño de la presidenta, que obvió entrar en cualquier controversia y se centró en arengar a la tropa. "No lo hizo mal, en su línea", sentencia uno de los presentes, no precisamente armengolista.
El cónclave terminó a la hora de la cena, pero el esperado refrigerio se quedó en una simple copa de cava; por no haber, "no hubo ni unos tristes cacahuetes". Al contrario que Yllanes&cía, el Consolat está muy asesorado. Con el debate sobre los 22.000 euros en la calle, el horno no está para canapés.
Guasp lleva la voz cantante en Cs
El diputado de Més per Menorca Josep Castells -"un tío bastante peculiar, pero de los mejores oradores que hay"- ha capitalizado la iniciativa parlamentaria esta semana, con su enmienda a los presupuestos de 2020 para eliminar el sobresueldo a los altos cargos que vengan de la península. Pero en medio del debate ha sobresalido también la diputada de Ciudadanos Patricia Guasp. Oficialmente portavoz adjunta, a nadie en el Parlament se le escapa que la abogada es la auténtica líder del partido naranja por la incomparecencia del titular, Marc Pérez-Ribas.
Desde el primer momento Guasp supo ver el juego político que daba la polémica, y el martes cogió la delantera. Su propuesta de rebajar a 12.000 euros el plus -como quería Podemos-, y de volver a restringirlo a los altos cargos de Menorca, Eivissa y Formentera -como pedía Més- obligó al resto de partidos a posicionarse, quedando especialmente retratados el PSOE y Podemos, que tuvieron que votar con Vox para dejar intacta la prebendatuvieron que votar con Vox para dejar intacta la prebenda. Con su rápida reacción el primer día, apoyando la enmienda, la diputada desactivó de inmediato el discurso antiforastero que pretendía avivar Yllanes y centró el tema en el interés general, algo que ni socialistas ni podemitas han sabido -o querido- ver. Guasp tiene dos hándicaps: Fue asesora de José Ramón Bauzá, y protegida de Joana Capó -"nuestros militantes de Palma son unos frikis"-, pero en la propia izquierda le ven un largo recorrido.
Noguera convence al diputado de EU
El diputado de Esquerra Unida Pablo Jiménez, que forma parte del grupo parlamentario de Podemos, se desmarcó de la disciplina de partido y votó con Més per Menorca y Ciudadanos. El desmarque por el plus de residencia se produjo después de que el lunes EU se reuniera con el nuevo coordinador de Més, Antoni Noguera, un encuentro nada casual. Por cierto que desde que ha cogido el mando del partido, dicen que el exalcalde de Palma.
