Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Nicolás Olea: "Las nuevas generaciones han nacido ingiriendo plásticos y padecerán más enfermedades"

El experto afirma que adoptando las medidas adecuadas se puede mitigar el efecto de estos productos en la salud

El catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, Nicolás Olea.

El catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada lleva más de veinte años investigando las enfermedades derivadas del consumo masivo de unos químicos nocivos denominados disruptores endocrinos. Alerta del problema que tienen las nuevas generaciones al haber consumido químicos tóxicos desde el periodo fetal, aunque afirma que "hay margen" para que puedan mitigar el aumento de probabilidad de padecer enfermedades si cambian sus hábitos. Hoy intervendrá en la jornada Cómo desplastificar la alimentació, organizada por la Fundación Residuo Cero, en la UIB para concienciar sobre los problemas de vivir en una sociedad repleta de plástico.

P ¿Qué peligro supone para la salud humana el impacto de los disruptores endocrinos?

R Los disruptores endocrinos son unas sustancias químicas que afectan al sistema hormonal y que generan disfunciones que pueden llegar a provocar enfermedades neurológicas -como transtornos del comportamiento e hiperactividad-, trastornos en la salud reproductivas -como cáncer de mama e infertilidad-, trastornos de tipo cardiovascular, obesidad o cáncer de tiroides.

P ¿En qué productos se suelen encontrar?

R Están por todas partes, forman parte de nuestra vida. Están en el plástico, los materiales de construcción, los alimentos, los aparatos electrónicos, los cosméticos, los detergentes, los utensilios de cocina. Además de en la ropa, cosa que nos sorprendió.

P ¿En la ropa?

R Nos enteramos cuando la gran industria del PET (plástico) en Europa acudió a Granada para demostrarnos que este tipo de plástico no era dañino, cuando sí lo era. El representante me dijo que un tercio de las botellas de plástico europeas se envían a Oriente y se reciclan para convertirse en el poliéster que se utiliza en las prendas.

P ¿De qué compuestos químicos estamos hablando?

R La lista es infinita. Están las dioxinas, los bisfenoles, alquilfenoles, benzofenolas, PCB, los ftalatos, los metales pesados, los conservantes usados en productos cosméticos, etc.

P ¿Existe más concienciación con la entrada de productos 'libres de BPA' (bisfenol A)?

R El bisfenol que se elimina es el A, pero para sustituirlo utilizan el S o F. Estos químicos son igualmente perjudiciales para la salud. Además hay muchos más compuestos tóxicos como el metil, propil, parabenos...

P ¿Qué ocurre con las nuevas generaciones?

R Las nuevas generaciones han nacido y están naciendo con un gran impacto de estos químicos nocivos en las etapas más delicadas: embrión, feto e infancia. Las consecuencias, entre ellas más probabilidades de sufrir déficit de atención, se verán con más exactitud cuando sean más mayores pues durante buena parte de su vida han estado expuestos a este daño.

P Entonces, ¿los jóvenes tendrán más probabilidades de sufrir enfermedades que antes?

R En la COP25 dije que "habíamos metido la pata". Estábamos intentando ver los riesgos testando a personas adultas, cuando el verdadero impacto lo tendrán las nuevas generaciones. Nosotros hemos crecido sin plástico prácticamente, pero ellos lo han estado consumiendo desde el feto.

P ¿Hay margen para que las nuevas generaciones eviten daños graves ?

R Claro, parten con la desventaja de haber sufrido el impacto en edades tempranas. Pero eso no significa que tomando medidas se pueda disminuir considerablemente las posibilidades de padecer enfermedades.

P ¿Qué medidas puede tomar un ciudadano que quiere revertir un modo de vida repleto de plásticos y químicos?

R Primero consumir alimentos ecológicos. Después no dar segundos usos a productos como las botellas de agua de plástico para evitar la migración del BPA. En tercer lugar usar productos de cosmética natural y ecológica certificada. También hay que rechazar los productos con parabenos, triclosán o aromas y perfumes sintéticos.

P ¿Cómo empezó todo?

R Con la comida rápida porque introdujeron la "ingeniería química alimentaria". Si fríes una patata en casa, a los diez minutos está flácida. En cambio, en este tipo de restaurantes han añadido químicos que permiten que continúe igual a pesar del tiempo.

P ¿Las etiquetas alimentarias proporcionan suficiente información al consumidor?

R El mejor etiquetado que existe actualmente es el farmacéutico. Para el de los alimentos hay que tener varias carreras para entender qué significan muchas palabras. El gran fallo es que no informa adecuadamente al consumidor.

P El año pasado el Gobierno español presentó el semáforo alimentario. ¿Es útil para detectar químicos nocivos?

R Para nada, es una tontería. Solo sirve para traducir los componentes de la tabla nutricional, como grasas e hidratos de carbono. Hace caso omiso a los disruptores endocrinos.

P ¿Qué respuesta tiene de la clase política?

R No le dan mucha importancia. Hace un mes fui al Congreso de los Diputados y había muy pocos diputados. En la COP25 tampoco se le ha dado mucho peso. Tenemos todas las pruebas, ahora hace falta que se utilicen para implementar políticas que reduzcan esta contaminación.

Compartir el artículo

stats