El juicio del asesinato de Sacramento Roca se ha fijado para el 30 de marzo. En el banquillo de los acusados se sentará Rafael Pantoja, el hombre con el que ella había roto y que le apuñaló en su puesto de trabajo, en la firma de muebles Conforama.

La fiscalía reclama para Pantoja 25 años de prisión, la pena máxima contemplada por el delito de asesinato. Además, le acusa de otro delito de amenazas por el que le pide dos años más de cárcel. Además, se le reclaman 150.000 euros de indemnización para los familiares de Sacri.

Los hechos se remontan al 16 de noviembre de 2018, cuando Rafael Pantoja entró armado con un cuchillo en la tienda de muebles donde Sacri trabajaba como cajera. Sin darle ninguna opción de defensa, se abalanzó sobre ella y le asestó hasta seis puñaladas. Según se comprobó en la autopsia, el cuchillo le perforó el pulmón y le afecto al corazon. Las heridas fueron tan graves que murió al sufrir un inmediato shock hipovolémico

Mientras Sacri yacía en el suelo, el agresor intentó huir aún con el cuchillo en la mano, pero dos de los testigos de lo ocurrido, un policía local de Llucmajor libre de servicio y un vigilante de seguridad, le persiguieron. Pese a que el agresor les amenazó varias veces con la navaja, lograron retenerle en la calle Lledoners hasta que llegaron las primeras dotaciones policiales, que procedieron a la detención del sospechoso.

Condenado por acoso

El asesinato de Sacri fue uno de los crímenes más brutales que se recuerdan en Mallorca, ya que la mujer fue apuñalada mientras atendía su puesto de trabajo. La mujer, de 36 años de edad, y Rafael Pantoja, de 45, habían mantenido una larga relación sentimental, que se fracturó poco antes de que ocurrieran los hechos.

Sacramento Roca, madre de dos niños de corta edad, había presentado tan solo cuatro días antes de su muerte una denuncia contra Pantoja por acoso. Ante la Policía, explicó que desde que cortó la relación, el hombre la hostigó con llamadas, mensajes y visitas a su puesto de trabajo, además de colgar carteles sexuales con su número de teléfono y pincharle las ruedas del coche. Sin embargo, el caso no se tramitó como violencia machista por lo que no se evaluó el riesgo ni se aplicaron mdidas de protección.

El pasado mes de octubre, se celebró el juicio por estos hechos. Rafael Pantoja se declaró autor de un delito de coacciones y otro de acoso, por los que fue condenado a cuatro años de prisión.